Julia Pastor | A punto de terminar el año de la vuelta al poder de Donald Trump, la gestora alemana DWS ha presentado sus perspectivas para 2025. El reelecto presidente se va a encontrar una economía sólida, recuperada del fuerte golpe que supuso la pandemia.
Pese a los eventos geopolíticos de los últimos años, EEUU ha aguantado mejor de lo esperado. El elevado gasto fiscal, el volumen de ahorro personal, también alto, y un mercado laboral estable, justifican esta resiliencia. La economista jefe de inversiones para Europa Occidental de la firma, Vera Fehling, anticipa un crecimiento del 2% con una inflación rondando el 2,4%, y unos tipos de interés en el rango del 3,75-4% a finales del año próximo. La Reserva Federal aplicará tres recortes en total.
Para la Eurozona, DWS vaticina un crecimiento del 0,9% en 2025, dos décimas más que para este año, debido a los efectos de la recesión manufacturera global y una elevada incertidumbre, especialmente en términos comerciales derivados de problemas por el lado de la oferta. Las perspectivas son algo más halagüeñas atendiendo al repunte del consumo y los gastos de capital. La inflación alcanzará el objetivo del BCE del 2%. Mientras tanto, el banco central realizará cinco recortes de tipos hasta situarlos en el 2%.
Dentro del anémico crecimiento de la Eurozona, la analista destaca la robusta expansión de la economía española, que sigue sorprendiendo al alza. Con un PIB por encima del 3% en los últimos dos trimestres del año (en términos anualizados) y la inflación bajando incluso por debajo del 2% entre septiembre-octubre, España se encuentra «increíblemente posicionada» en comparación con Francia, y por su puesto Alemania.
» En Alemania miramos a España con envidia, vosotros tenéis crecimiento, nosotros no», comenta Fehling. Uno de los indicios esperanzadores para la economía germana es el hecho de que el 80% de los ingresos de las compañías del DAX provienen de fuera de la Eurozona.
Las políticas del «America First» previsiblemente continuarán en este segundo mandato de Donald Trump. Así pues, los recortes del impuesto de sociedades se prorrogarían una vez que finalicen en 2025, pero es improbable que el coste de este recorte fiscal se vea compensado por la imposición de aranceles, tal y como afirma Trump. Lo que sí es seguro es la incertidumbre que estas medidas arancelarias suponen para la economía europea, y que podrían conducir a los líderes de la región a posponer inversiones.
En cuanto a los aranceles anunciados para China, México y Canadá, la experta de DWS señala un efecto inmediato sobre las divisas de estos países. En concreto, en relación a China, el escenario principal es el de una nueva guerra comercial con EEUU. Aunque se podría considerar la posibilidad de aplicar aranceles del 60% a todas las mercancías, DWS espera más bien un tipo del 35%, un parámetro con el que el crecimiento del PIB de China podría reducirse un 0,5 %