El mensaje de las tecnológicas, ¿corrección, fin de ciclo o nueva etapa?

Juan_Carlos_Ureta

Juan Carlos Ureta (Renta 4) | Tras un inicio de semana que parecía apuntar a otra nueva remontada (el Nasdaq subió el 2,3% en la sesión del pasado lunes) las dudas a las que nos referíamos al terminar nuestro comentario anterior han ido creciendo y han provocado una nueva semana bajista en las Bolsas, que da continuidad a un mes de noviembre también negativo, en el que muy pocos índices se han librado de los números rojos.

En concreto, en la semana a caballo entre noviembre y diciembre el Nasdaq ha perdido un 2,6%, el S&P un 1,2% y el Nikkei un 2,5%. El Eurostoxx ha limitado su caída a un 0,2% y, como dato positivo, tanto el ShanghaiComposite como el MSCI de Bolsas emergentes en dólares han subido un 1,2% y un 0,12%, respectivamente. En el mes de noviembre las caídas han sido superiores al 4% en el Eurostoxx y el MSCI de Bolsas emergentes, y mayores aún en el Ibex, que se ha dejado un 8,3% en el mes. Por el lado positivo el Nasdaq y el ShanghaiComposite cerraron el mes ligeramente en positivo.

Pero son precisamente la Bolsa tecnológica Nasdaq y algunos de los valores que cotizan en ella, los que están dando señales más inquietantes en el inicio de diciembre. Tesla, icono por excelencia del mercado alcista post Covid, se dejó un 6,4% el viernes y está ya cerca de entrar en mercado «bajista» (pérdida de un 20% desde máximos), mientras que Facebook, ahora llamada Meta Platforms, ha entrado ya en esa situación tras perder casi un 8% la semana pasada y un 18,5% en los tres últimos meses. 

Las pérdidas son especialmente abultadas en los valores más especulativos. Compañías como Robinhood, Oatly o Bumble, que hace pocos meses protagonizaban rutilantes salidas a Bolsa con ascensos verticales en los primeros días de cotización, ahora están por debajo del precio de salida y han recortado el 50% o más desde máximos. El ETF Renaissance IPO, cuya cartera la componen compañías que han salido a Bolsa recientemente, como las ya mencionadas o como Coinbase o DoorDash, ha perdido un 13% en las cinco últimas sesiones. Microstrategy, cuyo CEO Michael Saylor decidió hace unos meses colocar toda la tesorería de la empresa en bitcoins, cayó el viernes un 7,6% y está un 50% por debajo de sus máximos anuales marcados el pasado febrero.

Son solo algunos ejemplos de cómo ha cambiado el sentimiento inversor. En pocos días el apetito por el riesgo y la complacencia extrema a la que habían llegado las Bolsas hace dos semanas han dado paso a un ambiente lleno de cautelaLos inversores buscan refugio en los bonos del Tesoro americano o alemán, lo que explica que sus respectivos tipos de interés hayan caído al 1,35% y al -0,39%, respectivamente. La caída de los tipos de largo plazo es aún más sorprendente al coincidir con la confirmación, aceptada ya por el propio Jerome Powell, de que la inflación va a ser menos transitoria y más elevada de lo que se esperaba. Solo el temor a una etapa de fuerte debilidad económica y el deseo de buscar un refugio seguro explican que los tipos del T bond y del bund bajen cuando la inflación está ya en el 6% en Alemania, en el 4,9% en el conjunto de la zona euro, y en el 6,2% en Estados Unidos, y subiendo.

¿Cómo interpretar todo lo anterior? 

Una primera idea es que estamos ante una corrección pasajera, aunque algo más intensa que las anteriores. Al fin y al cabo, tras las caídas de estos días, el S&P sube un 20,8% desde inicio del año, el Nasdaq un 17% y valores que han sufrido fuertes recortes como Tesla o Facebook acumulan todavía una ganancia desde el uno de enero del 43,8% y del 12,3%, respectivamente. Por tanto, no pasa nada, es solo una respuesta al ómicron.

Una segunda lectura es la contraria, es decir, la de que estamos viendo el fin del ciclo alcista post Covid y el 2022 será bajista. A esta tesis parece apuntarse SavitaSubramanian directora de análisis de Bank of America, que ha anunciado hace unos días que, al margen de ómicron, la posibilidad de una corrección en el S&P en el 2022 es elevada, basándose en la desaceleración del crecimiento, la subida de los tipos de interés y la evolución a la baja de los beneficios empresariales a partir del primer trimestre del próximo año. De la misma opinión parece ser Charlie Munger, el nonagenario socio de Warren Buffet en Berkshire Hathaway, que ha dicho que las valoraciones de las Bolsas están en una fase de locura superior a la de la burbuja de las «punto com». El decepcionante informe de empleo de EE.UU. en noviembre que se publicó el pasado viernes podría avalar esta tesis. ya que la combinación de una inflación elevada y un débil crecimiento económico convierte en ridículamente altas las actuales valoraciones de la Bolsa americana.

Frente a estas dos posiciones, hay una tercera, que no es intermedia, sino diferente, y que es en nuestra opinión la acertada. A nuestro juicio las Bolsas han entrado, a partir de septiembre, en una nueva fase, poniendo punto final a la fase de euforia que se inició tras aparecer las vacunas en noviembre de 2020. Esta nueva fase va a estar caracterizada por una vuelta a los fundamentales de valoración, eliminando los excesos y volviendo a una selección mucho mayor en las inversiones de riesgo. Será una Bolsa más de fundamentales y menos de flujos, y eso implica mayor volatilidad, con más correcciones por el camino poniendo fin al mercado alcista continuo, y mayor divergencia en el comportamiento de los distintos valores, poniendo fin a absurdos como los vistos en las «meme stocks» o en ciertas criptomonedas. 

El escenario básico de desaparición del activo sin riesgo y de innovación/disrupción permanentes va a seguir, y por ello no vemos una vuelta a las Bolsas precovid, pero entramos claramente, a nuestro juicio, en otra fase, en la que estilos de gestión como el de Cathie Wood o posiciones gigantescas como las de opciones call sobre Tesla pueden dar muchos dolores de cabeza.

Esta segunda semana de diciembre se publican datos como la balanza comercial china de octubre, la confianza del consumidor americano de la Universidad de Michigan o las órdenes de fábrica de Alemania en octubre. Pero el plato fuerte es la inflación americana de noviembre (también se publica la china), que se publica el viernes y que se espera muy alta, algunos dicen que incluso por encima del 7%. Seguimos pensado que sea cual sea la inflación, la Fed no va a poder girar de forma sensible hacia el endurecimiento monetario, y eso da apoyo a las Bolsas, pero parece que los inversores han empezado a pensar que el dinero gratis no es sinónimo de mercado alcista perpetuo y por ello el rally de Navidad, como decíamos la semana pasada, puede estar en serio riesgo.