Es probable que Lula gane, pero la coordinación gobierno-congreso será complicada y sus políticas difíciles de aplicar

Thierry Larose

Thierry Larose (Vontobel) | La primera ronda de las elecciones brasileñas mostraron un margen mucho más ajustado entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro de lo que pronosticaban la mayoría de las encuestas.

Este es un gran revés para las compañías demoscópicas tradicionales que habían exagerado enormemente la victoria de Lula, especialmente para aquellos que realizan encuestas en persona. Probablemente significa que, al igual que en 2018, todavía hay una cantidad considerable y mal estimada de «votantes tímidos» que se avergüenzan de revelar sus preferencias por candidatos polémicos como Bolsonaro.

Ha sido una sorpresa aún mayor el resultado de los partidos de derecha en las elecciones al Congreso, en las que tampoco se materializó la ola roja pronosticada por las encuestas. Los partidos de derecha tienen ahora el 49% de la Cámara Baja (frente al 46% actual) y el 44% del Senado (frente a sólo el 31% actual), lo que facilitará las alianzas con los partidos de centro. Las elecciones gubernamentales trajeron menos sorpresas, aunque los candidatos de Bolsonaro lo hicieron mejor de lo esperado en estados clave como São Paulo.

Seguimos creyendo que Lula ganará la segunda vuelta, ya que la probable transferencia de votos de Simone Tebet y Ciro Gomes (7,2% juntos) debería favorecerle. Bolsonaro necesitaría atraer más de seis millones de votos (de 8,5 millones) de esos candidatos para ganar. En nuestra opinión, eso suena poco probable dada la alta tasa de rechazo de Bolsonaro.

Es probable que el clima de extrema polarización se intensifique hasta la segunda vuelta de las elecciones. Sin embargo, no esperamos que este aumento de tensión conduzca a un acontecimiento similar a los disturbios del Capitolio de EE.UU. en enero de 2021 si Lula gana. Es más probable que se produzcan protestas callejeras masivas sin mayores incidentes, mientras que los estallidos de violencia deberían contenerse en el ámbito de las redes sociales.

Es probable que Lula gane las elecciones con una estrecha ventaja, pero la coordinación entre el gobierno y el congreso será complicada, por lo que sus políticas serán especialmente difíciles de aplicar.

Para los mercados esto podría ser positivo, ya que será imposible que Lula revoque las reformas pro-mercado que se introdujeron desde la presidencia de Michel Temer, sobre todo el tope del gasto público. Por otro lado, la capacidad de gobernar podría ser mucho más difícil.