Álvaro Antón Luna (abrdn) | A un paso de iniciar el nuevo ejercicio es hora de volver a pensar en la renta variable europea, que ha vuelto a quedarse rezagada con respecto a la estadounidense. Pero, ¿hay que ignorarla en las carteras?
¿Apreciará el mercado las valoraciones más bajas de la renta variable europea, o seguirá muy concentrado en el mercado estadounidense, donde sólo un puñado de valores sigue a la cabeza? ¿Ha llegado realmente el momento de los mercados europeos?
Las empresas europeas tienen que cumplir las previsiones de beneficios y de rentabilidad. Esta será una de las claves para atraer a los inversores y afianzar unos múltiplos de beneficio relativo muy baratos. Europa está más orientada al crecimiento mundial que el mercado estadounidense, por lo que un periodo de estabilidad geopolítica también sería de gran ayuda para atraer a los inversores internacionales, al igual que un mayor crecimiento económico de las economías no estadounidenses.
¿Qué ignoran los mercados cuando pierden la oportunidad de invertir en renta variable europea?
La renta variable europea está más orientada al crecimiento mundial y es más diversa geográficamente en términos de generación de ingresos que el mercado estadounidense. También es un mercado más diverso desde el punto de vista sectorial que el de EEUU, que no depende simplemente de la tecnología. La concentración en un área concreta ha sido de gran ayuda para EE.UU., pero somos partidarios de la diversidad que aporta Europa. Dicho esto, lo vemos como un mercado de selección de valores en el que la clave está en elegir las empresas adecuadas con capacidad para ofrecer excelentes rendimientos a largo plazo. Cuando los inversores internacionales se alejan del mercado europeo, renuncian a la oportunidad de invertir en algunas empresas de categoría mundial realmente fantásticas.
¿Dónde ve oportunidades a largo plazo?
Vemos oportunidades a largo plazo en todo el mercado, pero especialmente en áreas de fortaleza europea como la industria, la tecnología, la sanidad, el lujo, las especialidades químicas y los bienes de consumo básico. Los grandes temas para los que Europa está bien posicionada giran en torno al cambio demográfico mundial, la transición energética, la potenciación de la inversión en tecnología empresarial y el aprovechamiento del desarrollo del consumidor de clase media en los mercados emergentes.
¿Cuáles son los riesgos de que esta oportunidad vuelva a pasar desapercibida?
Aunque el rendimiento del mercado europeo en su conjunto ha sido decepcionante en comparación con el de Estados Unidos a largo plazo, está claro que hay empresas individuales capaces de superar con creces los índices de referencia mundiales. En consecuencia, Europa necesita que sus compañías obtengan unos resultados financieros más sólidos para lograr una rentabilidad superior como mercado en su conjunto. Animamos a los inversores a centrarse en valores europeos concretos más que en el mercado en su conjunto, y creemos que una cartera bien seleccionada y centrada a largo plazo puede competir con las de cualquier país del mundo.
¿Qué necesita Europa para volver a ser «sexy» a los ojos de los inversores?
En primer lugar, tiene que cumplir las expectativas de beneficios existentes que sustentan las valoraciones comparativas baratas con otros mercados mundiales de renta variable. En segundo lugar, tiene que lograr un crecimiento superior y sostenible de los beneficios, un elemento clave para atraer a los inversores. Un tercer elemento es evitar los retos políticos/económicos que han marcado gran parte de la última década y que han logrado.