La inversión en energías limpias tendrá que, como mínimo, triplicarse en la próxima década para mantener el camino de limitar el calentamiento global

J. P. Morgan | Esta semana comenzaba la COP26 –la 26a Conferencia de las Partes– en la que los líderes mundiales de casi 200 países revisarán los compromisos climáticos alcanzados en el Acuerdo de París de 2015.

Como comentamos en nuestra reciente publicación, ¿Qué podemos esperar de la COP26? ¿Qué consecuencias tendrá para los inversores?, conseguir la financiación necesaria para la transición energética será una parte clave del debate.

La inversión en energía limpia ha aumentado de forma constante en los últimos años, pero las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía destacan que la inversión tendrá que, como mínimo, triplicarse en la próxima década para mantenerse en el camino de limitar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados centígrados. Una consecuencia probable para los inversores es un aumento sostenido de la emisión de bonos verdes, ya que los gobiernos y las empresas buscan aprovechar unos costes de financiación más favorables para financiar nuevos gastos centrados en el clima.