Pese a los ahorros extras por la pandemia, es posible que el crecimiento de EEUU se esté ralentizando

Greg Meier

Greg Meier (Allianz GI) | La perspectiva económica global se ha oscurecido con la llegada del invierno. Algunas de las dificultades de hoy son nuevas, otras llevan meses cobrando fuerza. Un ejemplo: a lo largo de 2022 hemos informado de que la inflación estaba cada vez más recalentada y parecía más permanente de lo que los responsables de la política monetaria entendían. En consecuencia, el reciente giro hacia el endurecimiento de los bancos centrales no ha sido ninguna sorpresa.

¿Por qué está sucediendo esto? En Estados Unidos, los enormes estímulos de la era de la pandemia se unieron a los cambios en el comportamiento relacionados con la Covid 19 para producir distorsiones económicas previsibles.

Consideremos el hecho de que la inflación en Estados Unidos ha aumentado, en parte porque los costes de vivienda suponen el 40% de la cesta básica de consumo de Estados Unidos. Tras dos años y 1,3 billones de dólares en compras de hipotecas innecesarias de la Reserva Federal en tiempos de pandemia, el precio medio de la vivienda en Estados Unidos ha aumentado nada menos que un 39%. Las consecuencias de la mala inversión son ahora un factor clave del aumento de la inflación en Estados Unidos, un desastre que los políticos están intentando resolver.

Mientras tanto, los temores de recesión en Estados Unidos en el primer semestre de 2022 eran bastante exagerados. Es cierto que la economía se ha contraído, pero se basaban en inventarios (que son volátiles y revierten a la media) y comercio exterior (que no refleja las tendencias domésticas). El consumo en Estados Unidos —que supone en torno al 70% del PIB—creció a lo largo del primer semestre del año debido a que las condiciones laborales eran extremadamente buenas y las familias tenían cerca de 3 billones de dólares de ahorros extra sin gastar. (Ver nuestro Gráfico de la Semana). En este momento, estos vientos de cola todavía parecen intactos —aunque es posible que el crecimiento de Estados Unidos se esté ralentizando.

La situación en Europa es más dinámica. La devastadora guerra de Rusia en Ucrania es fuente de incertidumbre, y es posible que veamos más escaladas en el terreno político, económico y en el campo de batalla. Nos solidarizamos con las personas afectadas por esta tragedia.

En Reino Unido, el nuevo plan fiscal del gobierno, sorprendentemente expansivo, ha planteado serias cuestiones sobre la perspectiva de la inflación británica, la posibilidad de subidas gigantescas de tipos del Banco de Inglaterra y el valor de cambio de la libra esterlina. En este entorno, la reciente elección de un gobierno de extrema derecha en Italia parece que no ha atraído mucha atención.