¿Se verán las acciones europeas impulsadas por el plan europeo Próxima Generación?

Simon Corcoran (Schroders) | El plan Próxima Generación (Next Generation EU) es el ambicioso programa para ayudar a los estados miembros de la Unión Europea a recuperarse y salir fortalecidos de la crisis del Covid-19.

Además, podría dar un impulso significativo a algunas áreas del mercado europeo que ya están creciendo rápidamente. Al hacerlo, ayudaría a cambiar algunas ideas preconcebidas obsoletas sobre las exposiciones que los inversores obtienen al invertir en acciones europeas.

La composición sectorial de Europa ha cambiado en la última década

El mercado europeo a veces es tachado de ofrecer demasiada exposición a la «vieja economía» y sectores con problemas estructurales. De hecho, en la última década, la composición de las bolsas europeas ha cambiado sustancialmente. En el gráfico que figura a continuación se pone de relieve la evolución de la composición por sectores del representativo índice MSCI Europa. En la última década, las ponderaciones combinadas de los sectores de energía y financiero han caído del 33% al 20%, siendo ahora la asistencia sanitaria el sector más importante.

La ponderación de la tecnología de la información se ha más que duplicado.

Si bien la composición de los benchmark o índices de referencia no supone una gran diferencia para los inversores centrados en la selección individual de valores, puede contribuir a cambiar la percepción de que Europa carece de empresas globales innovadoras y líderes en el mercado.

Así como las oportunidades de inversión que se presentan a los inversores en renta variable europea han cambiado considerablemente en la última década, es factible que cambie en los próximos años. En este sentido, es probable que las empresas que ofrezcan soluciones a los nuevos desafíos experimenten un crecimiento más rápido. Entre esos desafíos fundamentales están el envejecimiento de la población, la transición digital, el cambio climático y, no menos importante, la actual pandemia. En este sentido, creemos que la respuesta de la UE – el plan Próxima Generación- podría ayudar a promover una recuperación sostenible y apoyar a las empresas innovadoras del futuro.

¿Qué áreas de inversión podrían verse beneficiadas?

Sector salud

La crisis del Covid-19 ha acelerado una serie de tendencias que ya existían. Entre ellas se encuentra el aumento del gasto en salud, que el economista jefe Keith Wade identificó como una «verdad ineludible» que conformará el panorama de las inversiones durante muchos años. Dentro de la renta variable europea, el gestor de fondos de Schroders, Paul Griffin, ha apostado durante mucho tiempo por una diversa gama de empresas del sector salud y sigue viendo perspectivas de crecimiento superiores en relación con otros sectores: «Incluso una vez haya pasado lo peor de la crisis actual, creemos que es probable que la demanda de soluciones sanitarias siga siendo sólida. La pandemia ha centrado la atención en la importancia de estar preparados. Así, las empresas que producen equipos y medicamentos para salvar vidas pueden seguir viendo una demanda elevada en relación con el período anterior a la crisis. Además de los grandes fabricantes de medicamentos, Europa también alberga a los principales proveedores del mercado dentro de la industria sanitaria. Un ejemplo de ello es la empresa cotizada suiza Lonza; un socio clave de los grandes grupos farmacéuticos y las pequeñas empresas de biotecnología».

Concienciación sobre el carbono

El aumento de la conciencia sobre el carbono y la estricta regulación de las emisiones de la UE están impulsando un aumento de la energía verde. La gestora de fondos de Schroders, Nicholette MacDonald-Brown, espera que esta tendencia se extienda a nivel mundial y que Europa dé ejemplo: «Europa es el hogar de una serie de empresas líderes del mercado cuya actividad principal es abordar los desafíos ambientales y sociales. Por ejemplo, el crecimiento de los vehículos eléctricos está alimentando la demanda de nuevos tipos de materiales semiconductores como el carburo de silicio. Una de las razones por las que los vehículos eléctricos del líder del mercado Tesla son más eficientes que los de la competencia se debe al uso de chips de carburo de silicio suministrados por una empresa europea: STMicroelectronics. Una tecnología como esta sólo puede ayudar al objetivo de Europa de lograr su objetivo de cero emisiones netas para 2050, si no antes. Mientras tanto, los países y empresas nórdicos han liderado durante mucho tiempo el desarrollo de una tecnología verde única».

Innovación tecnológica

La aceleración del cambio tecnológico es otra verdad ineludible identificada por nuestro equipo económico. El gestor de fondos de Schroders, Leon Howard-Spink, destaca que Europa ha sido durante mucho tiempo el hogar de empresas innovadoras y sostenibles con fuertes perspectivas de crecimiento en el campo de la tecnología: «Europa ofrece una profunda cantera de compañías expuestas a la innovación tecnológica, y a menudo a la vanguardia de esta. Hay muy pocas industrias y empresas que no se vean afectadas por la digitalización, la comunicación, la electrificación, la recopilación y el procesamiento de datos y el creciente desarrollo de programas informáticos y algoritmos. Estos avances deben ser aprovechados por todas las empresas en un grado u otro para impulsar la productividad y la relevancia de los productos. Como inversores que buscan negocios en crecimiento, nos vemos impulsados a invertir en las empresas que se están beneficiando de estas tendencias». ¿Cuál podría ser el impacto en los beneficios y las valoraciones?

La cambiante composición sectorial en la renta variable europea ofrece una nueva esperanza de que el continente pueda experimentar un mayor impulso de los beneficios. Esto se debe a que los sectores de atención sanitaria, tecnología y consumo, que crecen con mayor rapidez, constituyen ahora algunos de los componentes más importantes del índice MSCI Europa. El gestor de fondos de Schroders, Martin Skanberg, afirma: «Existe mucha incertidumbre a nivel mundial en la actualidad, pero soy optimista en cuanto a la exposición de los índices europeos, que continuarán cambiando hacia sectores que tienen perspectivas de crecimiento sostenible superiores al tibio crecimiento del PIB mundial. Por supuesto, tenemos en cuenta los continuos desafíos a los que enfrenta la región. Esos desafíos se reflejan en valoraciones más bajas en relación con otras regiones. Sin embargo, el cambio en Europa, de una exposición a la antigua economía hacia industrias en crecimiento estructural, podría dar lugar a una tasa de crecimiento de los beneficios más elevada y menos volátil. A su vez, esto podría conllevar unas valoraciones más altas, aunque llevará tiempo».