BancaMarch | Los líderes de Bruselas y Reino Unido mantuvieron una conversación telefónica recientemente, donde el primer ministro británico comunicó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la nueva estrategia del Gobierno británico para resolver el problema que plantea la implementación del protocolo irlandés.
Johnson quiere introducir cambios significativos en el documento del «acuerdo de Nochebuena» y abordar de forma urgente sus planes con la Unión Europea. Por su parte, la presidenta de la Comisión se muestra tajante a la hora de no negociar cambios sobre el protocolo irlandés.
Dicho protocolo obliga a que algunas de las mercancías transportadas desde el resto de territorio británico hasta Irlanda del Norte puedan estar sujetas a aranceles, si estas corren el riesgo de ser exportadas a la U.E., aunque el sistema de control todavía no está listo.
El problema de fondo es la creación de una frontera física entre ambas Irlandas que vulneraría los acuerdos de paz de 1998, que pusieron fin a un conflicto armado que se prolongó durante décadas. La confrontación se suma al descontrol aduanero desde hace meses, sin reglas claras y con problemas burocráticos sobre procedimientos y limitaciones para importar o exportar.