China, de mal en peor: la economía creativa que surgió de los años de Deng Xiaoping se reduce a la mínima expresión en menos de 12 meses

Partido comunista de China

Alphavalue | No podemos evitar ver el flujo de noticias procedente de China como algo sumamente preocupante, con capacidad para inclinar los mercados de valores de todo el mundo.

Lo que comenzó como la intuición de un cambio de paradigma, el freno de las autoridades chinas a la OPV de Ant hace casi un año, ha sido confirmado por la casi desaparición de la escena pública de todos los líderes corporativos jóvenes detrás de empresas tecnológicas exitosas, por una camisa de fuerza regulatoria encaminada a “liquidar” con los “total business models” (educación post-escolar) que participan en la nueva economía y mediante un manto de orden moral que incluye un impulso por la igualdad envuelto en el concepto de «prosperidad común».

Un aspecto sorprendente de ese impulso por la igualdad ha sido eliminar los excesos inmobiliarios al poner de “rodillas” a las grandes inmobiliarias y poner fin a un mercado dominado por la especulación, que ha dejado en el camino a esas personas que tienen muy difícil el acceso a su primera vivienda. El desarrollo inmobiliario ha sido una preocupación en los últimos 10 años, ya que representó quizás un tercio del PIB chino, y que se basó en apropiaciones de suelo (políticamente insostenible) por parte de las autoridades locales que buscaban ingresos extra por falta de recursos alternativos y terminó con un gran número de pisos desocupados. El catalizador ahora es presumiblemente aumentar los impuestos a la propiedad y financiar la construcción del número de viviendas adecuado para los cientos de millones de ciudadanos sin un techo decente. Pero ojo que a medida que el sector se desacelera, también debe hacerlo el crecimiento del PIB.

Lo más llamativo de este asunto ha sido el uso de instrumentos financieros por parte del Gobierno central para implementar su nueva política más igualitaria. Se ha ordenado a los bancos que cierren el grifo de la financiación inmobiliaria, se les ha dicho que se hagan cargo de los ahorros de los negocios de Ant (han visto a algunos de sus jefes ir a la cárcel) y han comenzado a endurecer la financiación de industrias que no cumplían con los planes gubernamentales para reducir las emisiones de carbono. La paradoja es haber eliminado los esfuerzos de las fintech (competían con el PCCh en el control de los datos personales) al tiempo que introducían las CBDC (Central Bank Digital Currency, criptomonedas emitidas por el banco central) y, por lo tanto, hacían una declaración sobre la capacidad de un estado centralizado para traer modernidad a la población en general. Y una mayor vigilancia, por supuesto.

La mayoría de los observadores chinos parece haberles pillado por sorpresa toda esta nueva realidad. La China libre y creativa que surgió de los años de gobierno de Deng Xiaoping se ha reducido a la mínima expresión en menos de 12 meses. Los movimientos del Gobierno de Xi Jinping durante 2021 van encaminados a reforzar el control del PCCh y presumiblemente son parte de un plan bien pensado, cuyos designios se nos escapan por completo. Puede ser que su poder totalitario se vea más desafiado de lo que uno pensaría mientras el Partido Comunista prepara su próxima gran fiesta en octubre de 2022.

Y el miedo…

Lo que ha logrado Xi Jinping en este año es infundir miedo. Se puede hablar de los empresarios chinos que se han apresurado a “compartir” sus rentabilidades “excesivas” con el Estado, los empresarios extranjeros guardarán silencio y preparan raudos y veloces su salida del gigante asiático, los medios libres apenas existen, los influencers deben adoptar un tono bajo (recomendación del Gobierno), los proveedores de servicios de Internet no chinos han sido alentados a hacer la maletas (configurar una VPN se ha vuelto misión casi imposible), las medidas anti coronavirus han servido para un mayor control de los ciudadanos y, por supuesto, sofocar o silenciar cualquier tema que perjudique el orgullo del PCCh.

La ignorancia de los inversores al riesgo…

Los inversores no chinos con intereses en el gigante asiático no atienden a las señales que se están produciendo y que hemos pormenorizado anteriormente. Las cifras que están en juego son de tamaño gigantesco. Piense en la valoración de Ant (300 bn$), la capitalización de mercado de Alibaba que bajó YTD 260 bn$ o la deuda neta de Evergrande(100 bn$ en instrumentos que devengan intereses). Todo ello ignorado por una posición occidental que piensa que el PCCh nunca perjudicaría a los mercados financieros que han sido los pilares del surgimiento de la China moderna.

Desde AlphaValue no estamos de acuerdo con esta última opinión y esperamos estar equivocados. Hong Kong ha desaparecido de la vista en menos de un año. En 2019, los inversores occidentales afirmaron que esto sería imposible por ser contrario a los mejores intereses económicos de China. Y fíjense…aquí estamos.

Desde BMW (añadir, objetivo 99,6 € ++) hasta KERING (reducir, objetivo 684 € -), todas las compañías de bienes duraderos corren el riesgo del cambio de prioridades de los consumidores. No hay nada que justifique un mayor consumo de estos productos discrecionales sobre todo, cuando hay una alternativa local. Puede que este no sea el caso de los productos de lujo, pero tendemos a olvidar que, por naturaleza, no son esenciales.

La crisis energética que ha ahogado repentinamente a la economía mundial puede traer más problemas, ya que hay que tener en cuenta los incompletos mecanismos de mercado en los “rincones” esenciales de la economía china. En efecto, los bajos precios minoristas de la energía fija significaron que los productores que sufrían los precios más altos de los insumos (inputs) fósiles perdieron hasta la “camisa” y dieron al traste con su capacidad. Esto interrumpió el suministro de energía y empeoró la situación, ya que la energía faltante ha sido reemplazada por generadores de diésel, lo que ha provocado escasez de diésel, repercutiendo al transporte por carretera. La energía y los alimentos baratos son esenciales para la estabilidad política. Hasta ahora, la respuesta ha sido pragmática a través de aumentos limitados de los precios minoristas de la energía. Pero China está contemplando una desaceleración del PIB con precios en aumento y empresas sobredimensionadas (“extended corporates”). Esto será difícil de gestionar incluso para un PCCh panóptico. Hay que estar alerta.