Juan José Fdez-Figares (Link Securities) | Si la semana pasada fueron la reunión del Consejo de Gobierno del BCE y, en mayor medida, la publicación del IPC de mayo en Estados Unidos las citas claves para los mercados financieros occidentales, en la semana que hoy comienza será nuevamente una reunión de un banco central, en este caso la del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC), la que focalice toda la atención de los inversores. Además, y a lo largo de la semana, se publicarán en Alemania, Francia e Italia (martes), en el Reino Unido (miércoles) y en la Zona Euro (jueves), las lecturas finales de la inflación del mes de mayo, mientras que el martes, y en EEUU, se dará a conocer el índice de precios de la producción, el IPP, del mismo mes.
Por el momento los inversores están optando por aceptar la versión “defendida” por los bancos centrales de que el fuerte repunte que ha experimentado la inflación a ambos lados del Atlántico tiene carácter transitorio y que, una vez se diluyan los efectos base -los precios de muchos productos y servicios disminuyeron con fuerza durante los confinamientos globales de primavera en 2020-, se normalice el mercado laboral y se arreglen los cuellos de botella que afrontan actualmente las cadenas de distribución, la inflación comenzará a moderarse nuevamente. No obstante, no todos los analistas están de acuerdo. Es más, los hay que defienden que algunas de las alzas de precios, especialmente de los salarios y de las materias primas, tienen un carácter más estructural del que vienen señalando los bancos centrales. De ser así, a medio plazo ello podría condicionar en gran medida la capacidad de las autoridades monetarias mundiales de mantener sus actuales políticas ultralaxas el tiempo deseado, lo que también podría terminar impactando de forma negativa en el comportamiento de las bolsas y de los mercados de bonos y de divisas, ya que no es el escenario que actualmente descuentan los inversores, los cuales siguen mostrándose muy “complacientes” con el repunte de los precios.
Si bien el BCE volvió a insistir tras su reunión de su Consejo de Gobierno del pasado jueves que mantendrá los actuales parámetros de su política monetaria el tiempo que sea necesario para ayudar a la recuperación económica, manteniendo unas condiciones financieras favorables para empresas y particulares, también lo es que la autoridad monetaria de la Eurozona tiene más margen de actuación en este sentido que la Fed, ya que en la Zona Euro la inflación, concretamente la inflación subyacente, que es la principal referencia para el BCE, está aún lejos de alcanzar el objetivo de cerca pero por debajo del 2% establecido por la institución. Sin embargo, en EEUU la situación es muy diferente, con esta última variable situándose en el 3,8% en el mes de mayo, su nivel más elevado en 30 años. Es por ello por lo que será muy relevante lo que diga el miércoles el FOMC al respecto en su comunicado post reunión y lo que, posteriormente señale su presidente, Jerome Powell, en una rueda de prensa en la que la elevada inflación y el calendario de retirada de estímulos por parte de la Fed serán los principales temas a tratar.
En principio se espera que tanto el FOMC como su presidente mantengan su defensa de la “transitoriedad” de la elevada inflación y que Powell esquive todas las preguntas sobre cuándo comenzarán a hablar de la retirada de estímulos en el seno del FOMC. Es más, la mayoría de los analistas espera que esta cuestión no se trate hasta más adelante, y que sea en la reunión anual de bancos centrales que organiza la Reserva Federal de Kansas en Jackson Hole en el mes de agosto cuando la Fed anuncie cuándo comenzará a retirar sus estímulos monetarios, algo que se espera indique que va a hacer de forma muy pausada, empezando por reducir las compras mensuales de activos en los mercados secundarios, que actualmente se elevan a unos $ 120.000 millones, manteniendo sus tasas de interés de referencia en su actual nivel (entre el 0% y el 0,25%) aún por mucho tiempo. Este es al menos el escenario que creemos que, con un relativo exceso de “complacencia”, siguen descontando los mercados. Cualquier anuncio que difiera de lo aquí expuesto, será una sorpresa para los inversores y puede tener consecuencias en el comportamiento de las bolsas en el corto plazo.
Pero, además, durante la semana se espera que continúen las negociaciones para la aprobación del plan de infraestructuras propuesto por el presidente de EEUU, Biden. Así, será la última propuesta presentada por un grupo bipartista de legisladores la nueva base de partida de las discusiones, aunque hay puntos, especialmente los relacionados con la financiación del plan, a los que se opone la Casa Blanca y la parte más izquierdista del partido demócrata. Lo que parece cada vez más evidente es que el fuerte repunte de la inflación “no ayuda” a los planes de gasto masivo propuestos por Biden ya que, de implementarse, podrían terminar sobrecalentando una economía que se recupera a pasos acelerados, gracias a la reapertura de gran parte de la misma, algo que ha sido factible debido a un programa de vacunación contra el Covid-19 que puede catalogarse de exitoso.
Para empezar la semana, esperamos que los principales índices bursátiles europeos, la mayoría de los cuales cerraron el viernes a sus niveles más altos del año, con algunos de ellos, como es el caso del Stoxx 600, haciéndolo en máximos históricos, abran hoy al alza, en un ambiente de reducida actividad, con los inversores a la espera del resultado de la reunión del FOMC, que comienza mañana y acaba el miércoles. Por lo demás, comentar que hoy las bolsas chinas permanecen cerradas por la celebración de una festividad local, por lo que no recogen el intento del presidente estadounidense, Biden, de formar una coalición internacional liderada por los países del G7 para confrontar a China en aspectos que van desde el respeto de los derechos humanos, las prácticas industriales y comerciales agresivas y anticompetitivas del país asiático, y su política en Hong Kong y con respecto a Taiwán, aunque, cabe destacar que Biden no logró la unanimidad ni la firmeza en el apoyo que perseguía, ya que países como Alemania y Francia, con muchos intereses económicos en China, no apoyaron todas sus propuestas.
Por último, señalar que hoy la agenda macro del día es limitada, destacando únicamente la publicación en la Zona Euro de la producción industrial del mes de abril, variable que se espera presente fuertes incrementos en términos interanuales como consecuencia del efecto base, ya que en abril de 2020 la mayoría de las economías de la región estuvieron casi totalmente paralizadas como consecuencia de las medidas restrictivas a la movilidad y a la actividad económica implantadas por las autoridades en su intento de evitar la propagación de la pandemia.