Intermoney | La economía israelí ha sufrido un declive económico, mucho más intenso de lo esperado, desde que se inició el conflicto con Hamas tras los ataques del 7 de octubre. Unos meses atrás, comentamos algunas de las consecuencias económicas que esto podía tener sobre su moneda, el shekel, y a nivel internacional sobre los precios del crudo e incluso sobre las prórrogas de financiación del gobierno federal de EEUU y su aprobación de paquetes de ayuda. Pero ahora por fin conocíamos los datos del PIB anualizado del 4tr23, y este caía en casi un -20%, una caída el doble de lo esperado. Hay que tener en cuenta que todo el trimestre, salvo ciertos días de tregua, ha estado dominado por el conflicto, y esto ha supuesto entre otras cosas que el consumo privado se contrajera un 26,9%, siendo el mayor lastre de la actividad, mientras que la inversión empresarial
se desplomó un 67,8%. En cuanto al comercio exterior, la cosa no ofrecía una mejor situación, y las exportaciones cayeron un 18,3% mientras que las importaciones lo hacían en un 42%.
Hay que recordar que mientras se producían restricciones comparables a los cierres impuestos durante la pandemia de Covid-19, causando un repentino colapso en la producción, el llamado de reservistas agotó aproximadamente el 8% de la fuerza laboral. Al contrario que lo que nos esgrimen los economistas neokeynesianos como Krugman, cuyas afirmaciones harían temblar al propio Keynes, las guerras y conflictos armados sólo destruyen. No es que sea diferente la perspectiva de las agencias de calificación, y es que apenas unos días atrás Moody’s rebajó por vez primera el rating crediticio de Israel de A1 a A2 con perspectiva “negativa” debido al “riesgo de una escalada” con las milicias de Hezbolá en la frontera norte del país.
En cuanto a las consecuencias sobre los precios del crudo, lo que comentamos era que su variación no sería significativa a no ser que las tensiones con Irán se incrementaran más de lo esperado. Pero por el momento esto no se produce y el crudo sigue cotizando plano esta semana y es que los ánimos del mercado siguen en direcciones opuestas, ya que las tensiones geopolíticas contrarrestan las perspectivas de una menor demanda. En cuanto a otras materias primas, el oro, que avanzaba un +0,70% durante la sesión, sigue estabilizándose por encima de los 2.000$ la onza.