Las limitaciones del ejecutivo de Biden

Joe Biden

Intermoney | El interés que despertaba el dato del IPC de EEUU, el cual se situaba por encima del consenso de Bloomberg, era especial no solo para los inversores, si no para el partido demócrata. Los altos niveles de los precios preocupan al ejecutivo de Biden por el impacto que la inflación está teniendo en los hogares estadounidenses. Considerando el desafío económico que esto supone para su administración, el gobierno está reforzando sus mensajes de apoyo a las acciones de la Reserva Federal.

La preocupación demócrata se entiende si vemos la opinión de los ciudadanos respecto a la inflación y el trabajo del gobierno está realizando para contenerla. La última encuesta de CBS News-YouGov ya señaló el mes pasado que el 66% de los encuestados consideraría que los precios más altos había sido una dificultad para su familia, mientras que un 69% desaprobaba la gestión de Biden en el manejo de la inflación. Esto mismo quedaba patente en los indicadores de confianza de los consumidores según la Universidad de Michigan, donde el 19% de los encuestados estima que sus ingresos se situarán por encima de la inflación en el próximo año, al tiempo que sólo un 37,9% piensa que lo superarán en el horizonte a 5 años.

Ante la visión poco favorable, el argumentario del gobierno ha puesto su enfoque en que las presiones inflacionistas tienen su origen en los envites de la pandemia y los efectos derivados de la guerra de Ucrania, frente a las acusaciones de los republicanos apuntando a que los estímulos fiscales de los planes de rescate son los generadores de las presiones inflacionistas. La capacidad de acción del gobierno de EEUU es limitada y desde el partido republicano son conscientes de que poco se puede y que las medidas a barajar carecerán del potencial para un impacto inmediato y amplio. Por el momento, los demócratas, con el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer a la cabeza, siguen trabajando en acciones tales como impulsar la fabricación nacional de semiconductores, congelar el impuesto sobre la gasolina de 0,18$ el galón, aumentar la competencia en ciertos sectores industriales y fortalecer la competencia de la Comisión Federal de Comercio para el control de precios por parte de las petroleras.

El gobierno estadounidense seguirá de cerca el rumbo que tome la inflación y no perderá detalles sobre otros focos, como los que conocíamos el propio miércoles en China. En concreto, los precios de producción del Gigante Asiático para el mes de abril seguían dando señales de consistencia y no sólo por las altas tasas interanuales del 8,0%, pues el dato mensual avanzaba una décima con respecto al mes anterior para situarse en +0,6% m. Luego, el empuje de los precios procedentes de la industria china seguirá en el corto plazo acusando las estrecheces en la cadena de suministro y no sólo por parte de los PPI, pues el IPC general sorprendía al alza con un +2,1% a. también en abril.

A pesar de los riesgos a la baja por el lado de la inflación, los niveles en clave de precio entran en lo que el politburó chino considera como controlable y con miras a articular más estímulos y apuntalar el crecimiento. El hecho de que China siga enfilando medidas más acomodaticias siguen presionando al yuan en su depreciación y su acercamiento a niveles de 6,80 frente al dólar, rompiendo la referencia establecida para el día del jueves en 6,723USDCNY.

Sin en el campo de las divisas, los movimientos más llamativos se están produciendo en las criptomonedas con caídas explicadas por el miedo a que un escenario recesivo en EEUU tome forma y por el fortísimo desplome de Terra, la decimocuarta criptomoneda por capitalización y que perdía la paridad con el dólar. Por el momento, el Bitcoin se ha dejado casi un 20% en lo que va de semana y se cambia en 27.510 con el dólar, sin contar la pérdida de casi el 100% en Terra, mientras sus patrocinadores buscaban.

Bajo el contexto actual de incertidumbre de presiones inflacionistas, riesgo de recesión y problemas por el lado de la oferta vía cadena de suministros, el principal castigado sigue siendo el sector tecnológico. Las caídas del Nasdaq del miércoles y el cierre bajista en China se trasladaban a las plazas europeas donde las contracciones superiores al 2% se apreciaban en los principales selectivos del Viejo Continente. Las salidas de la renta variable eran canalizadas por la deuda soberana donde el mercado parece cotizar la posibilidad de que el BCE, tras los últimos mensajes, deje atrás la política monetaria ultra-exansiva sin generar una fragmentación. Esto explica las compras de manera generalizada y que el diferencial del 10 años italiano haya vuelto a caer por debajo de los 200 p.b; aunque lo altos niveles del italiano nos recuerdan los riesgos particulares que hay en el país transalpino.

Por el contrario, en el campo de las commodities había cierta tensión derivada de los últimos acontecimientos. El gas natural recogía los temores derivados de la interrupción del flujo a través de una estación situada en Donbás y las sanciones que el Kremlin imponía a Gazprom Germania con una nueva legislación que impide que las entidades rusas vendan gas o realicen transacciones con varias empresas de Gazprom GE. Desde Alemania no se tardaba en reconocer que las sanciones impuestas por Rusia están teniendo un impacto en los suministros, llevando a que la Comisión Europea sopese proponer una intervención extraordinaria de los precios del gas en todo el continente en caso de que se produzca una emergencia de suministro. Luego, no era de extrañar que los futuros de gas natural negociados en Londres aumentasen por encima del 30% (181,8 £/termias).