CdM | Sorpresivamente, fuera del orden del día de la Junta General de Accionistas, el representante de Amber Capital –que controla el Grupo Prisa (El País, la SER…) y que hace una semana anunció que controla también un 4.1% de Indra– ha propuesto la destitución de 4 de los consejeros independientes que aún quedaban en la compañía: Alberto Terol, Enrique Leiva, Carmen Aquerreta y Ana de Pro. Una propuesta que ha contado con el apoyo del 53% del capital, incluidos por supuesto los paquete de la SEPI (que lo ha ido aumentando hasta el 28%) de SAPA Placencia… Y que se suma a la no renovación de otra independiente, Isabel Torremocha. Un auténtico golpe de mano, perfectamente orquestado que permitirá “el alineamiento profesional entre empresa e industria” como ha explicado el presidente (colocado por el Gobierno de Sánchez en mayo del 2021 sin pasar por uno solo de los trámites a que están obligadas las cotizadas españolas).
La falta de escrúpulos del presidente del Gobierno español está perfecta y públicamente acreditada, en multitud de ocasiones. Así que cuando tres días después del batacazo electoral en Andalucía el Gobierno de Pedro Sánchez se ha hecho con el control de Indra – la empresa cotizada que centraliza los datos electorales en España– saltándose para ello todas las normas que el mismo Gobierno y la CNMV obligan a cumplir a los demás, incluida la obligación de lanzar una OPA cuando cambia la mayoría de control, han saltado todas las alarmas
Ya el 28 de abril, cuando el asalto para hacerse con Indra era público y notorio, periódicos afines al régimen sanchista como el diario.es intentaban tranquilizar a la concurrencia explicando que “el recuento de los votos en España hace prácticamente imposible cualquier manipulación, tampoco de Indra, la empresa que centraliza los datos pero que no cuenta las papeletas. El sistema de recuento de votos en los colegios, con la presencia de los interventores de cada partido permite a éstos comparar los resultados finales con los que ellos mismos han podido recabar directamente”.
Pero si Sánchez no tenía empacho en proclamar públicamente: “¿Quien manda en la fiscalía?. Pues eso”. Ahora ya puede decir “Quién manda en Indra?. Pues eso.
