Los inversores obvian el asalto al Capitolio, algo sorprendente al ser un ataque directo a un sistema democrático de más de 200 años

J. J. Fdez- Figares (Link Securities | A pesar de que finalmente los demócratas se harán con una ligera mayoría en el Senado estadounidense, algo que hasta hace unos días nadie esperaba, la reacción de las bolsas europeas y estadounidense fue positiva. Los inversores pusieron en una balanza “los pros y los contras” de la mencionada victoria y se decantaron por los primeros. Así, y una vez confirmado el resultado, es mucho más probable la aprobación de un nuevo paquete fiscal de ayudas, así como del tan esperado/deseado programa de infraestructuras, programa que durante la administración Trump no pudo aprobarse por falta de acuerdo entre demócratas y republicanos en el alcance e importe del mismo. Este nuevo escenario favorece, como ya señalamos hace unos días, a las empresas de infraestructuras, a las constructoras, a las relacionadas con materiales, a las de energías renovables y, según se pudo comprobar ayer los inversores creen que también a los bancos, algo que sorprende ya que un control demócrata del Congreso puede conllevar una mayor regulación para el sector, ya que éste está en el punto de mira de una parte importante del partido demócrata -ayer el mal comportamiento de los grandes valores tecnológicos se explica en parte por el temor a un mayor escrutinio de sus prácticas comerciales por parte del Congreso y, probablemente, a una nueva y más exigente regulación-. En sentido, contrario, la victoria demócrata puede suponer el aumento de algunos impuestos, tanto los dirigidos a particulares como a las empresas, así como los de las ganancias de capital, medidas que históricamente no han sido bien recibidas por los mercados. No obstante, los inversores parecen estar convencidos de que, tanto en lo que afecta a una mayor regulación como al incremento de impuestos, la limitada mayoría obtenida por los demócratas en ambas cámaras dificultará que los cambios sean sustanciales -los demócratas centristas se podrían oponer a muchas de estas medidas-.  

Así, la significativa modificación del escenario político estadounidense que venían descontando los inversores desde la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas en el país el pasado noviembre, que pasaba por un Congreso dividido, con los demócratas controlando la Cámara de Representantes y los republicanos el Congreso, tuvo importantes repercusiones ayer en las bolsas occidentales, con los inversores apostando claramente por las empresas cíclicas, muchas de las cuales se encuadran en lo que se cataloga como inversión de “valor”, y deshaciendo posiciones en los valores de crecimiento y de momento. De este modo, muchos de los “grandes perdedores” de 2020 tuvieron ayer un gran comportamiento en bolsa, mientras que los “grandes vencedores” sufrieron las ventas por parte de los inversores. Este tipo de rotación viene siendo una constante desde hace meses, aunque nunca ha terminado de “cuajar” del todo, sobre todo por el hecho de que la pandemia no termina de estar bajo control.  

En lo que hace referencia a los bancos, señalar que el sector se considera en la actualidad como una inversión de “valor”, al estar sus valoraciones muy penalizadas y ser, en opinión de una parte del mercado, una buena oportunidad de inversión a medio/largo plazo por este motivo. Además, el posible control de los demócratas de ambas cámaras lastró ayer el comportamiento de los bonos a largo plazo estadounidenses, impulsando al alza la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años muy por encima del 1%, nivel que no tocaba desde hace meses, y provocando una mayor inclinación de la curva de tipos, algo que siempre es positivo para los intereses del sector, ya que los bancos se financian a corto plazo y prestan a largo. En sentido contrario, el repunte de los tipos a largo es negativo para las compañías de crecimiento, muchas de las cuales están en pleno proceso inversor, por lo que deben acudir a los mercados a financiarse. Los inversores apuestan que bajo una Administración demócrata habrá más gasto público, más déficit y, por ello, más emisión de deuda, motivo que explica el mencionado comportamiento de la deuda y la debilidad mostrada durante toda la jornada por el dólar.  

Hoy esperamos que siga el buen tono en las bolsas europeas cuando abran por la mañana, con los valores de corte más cíclico liderando las alzas, aunque de forma más moderada que durante la sesión de ayer. La confirmación de la victoria demócrata en las dos elecciones al Senado celebradas en Georgia asegura el control de ambas cámaras por parte de los demócratas, algo que en el corto plazo supondrá con casi toda probabilidad nuevos programas fiscales de ayuda, lo que, de momento, parece que gusta mucho a los inversores, sobre todo teniendo en cuenta que el escenario macro en el corto plazo es cada vez más oscuro, como consecuencia de la pandemia y de la incapacidad que están mostrando los gobiernos occidentales para frenarla. Sin embargo, y este es un tema que puede pesar en la marcha de las bolsas en los próximos meses, el proceso de vacunación contra el Covid-19 en muchos países, especialmente de la Europa continental, está dejando mucho que desear. En este sentido, señalar que ayer la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó la utilización de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la biotecnológica estadounidense Moderna para su uso en la Unión Europea (UE). Ahora el tema está en manos de la Comisión Europea (CE), que debe aprobar su uso de emergencia. El hecho de disponer de una nueva vacuna de elevada eficiencia es una muy buena noticia, siempre que las autoridades sean capaces de reconducir el proceso de vacunación con eficacia, algo que nos genera muchas dudas dadas las innumerables trabas burocráticas que están surgiendo y que están ralentizando el mismo.  

Por último, señalar que el triste acontecimiento que tuvo lugar ayer en el Capitolio cuando los representantes elegidos democráticamente por el pueblo estadounidense se disponían a certificar la victoria de Biden en las elecciones presidenciales ha sido totalmente obviado por los inversores, algo que verdaderamente nos sorprende al ser un ataque directo a uno de los sistemas democráticos más consolidados del mundo, con más de 200 años de recorrido. En ese sentido, señalar que la banalización de este tipo de conductas, atacando directamente a las instituciones democráticas, algo que también ha ocurrido en otros países, entre ellos España, donde tanto el Congreso nacional como alguno autonómico han sido “rodeados” por manifestantes, pone en riesgo los fundamentos de las democracias liberales occidentales y, a largo plazo, de no superarse -es evidente que detrás de estas actuaciones hay problemas sociales estructurales que no van a desaparecer de un día para otro-, puede tener importantes implicaciones económicas, por lo que sorprende el hecho de que los inversores relativicen su importancia.