Francia cuenta con superávit por cuenta corriente: si da con la fórmula política del consenso, aunque extremadamente difícil, las dudas se disiparían

Se agudizan los problemas políticos galos

Intermoney | La fuerte crisis de gobierno que atraviesa Francia nos dejaba un nuevo capítulo. El primer ministro presentaba al inicio de la semana su dimisión al presidente Emmanuel Macron. La renuncia de Lecornu se producía después de haber desvelado el nombre del equipo de gobierno y su motivo estaba en la oposición política que generaba la decisión incluir en su nuevo equipo a antiguos miembros del gobierno anterior. El presidente francés, Emmanuel Macron, aun así, le encargaba a Lecornu que sostenga conversaciones de última hora con otros partidos políticos para intentar acercar posturas en la medida de lo posible, a lo que Lecornu aceptaba.

El último colapso significa que el gobierno tendrá dificultades para cumplir con el plazo para presentar un presupuesto antes del 13 de octubre, por lo que es probable que se necesiten medidas de emergencia para evitar un cierre en enero. El presupuesto propuesto anteriormente pretendía que Francia volviera a encaminarse hacia el cumplimiento de sus compromisos con la UE, reduciendo el déficit al 4,6 % del PIB en 2026 y al 2,8 % en 2029, desde el 5,4 % en 2025. Este plan, que implica un ajuste fiscal total de 4 p.p. del PIB, habría situado la deuda francesa en una trayectoria estable por debajo del 118 % del PIB para 2030. En base a cifras d del FMI, sin dicha
consolidación, se prevé que el ratio de deuda aumente a alrededor del 125%.

Tras la rebaja de la calificación crediticia de Fitch Ratings el mes pasado, la atención se centrará ahora en las decisiones de calificación de Moody’s (octubre) y S&P (noviembre). Estas podrían confirmar la calificación “A” de Francia otorgada por Fitch y exacerbar su convergencia hacia Italia y España. A pesar de los problemas evidentes en el gobierno, el mercado de bonos francés se mantiene estable, si bien la prima de riesgo seguirá siendo elevada. En la jornada de ayer, el papel francés a 10 años alcanzaba el 3,567% (86 p.b. por encima del Bund alemán). En clave de bolsa, destacaban las caídas de los bancos, que están particularmente expuestos a la economía nacional.

Francia es un país que tiene capacidad de movilizar recursos y que actualmente cuenta con superávit por cuenta corriente, por lo que, si da con la fórmula política del consenso, aunque extremadamente difícil, las dudas se disiparían, pero desde los organismos institucionales había cierta tranquilidad. Así, en el BCE los problemas de Francia no están ni en la boca de los miembros del comité del banco.