Bankinter | Moody’s mantuvo su calificación en Aa3 pero rebajó la perspectiva a negativa (desde estable). El mantenimiento se basa en una economía “rica y diversificada” que se beneficia de un “perfil demográfico más benigno que muchas otras economías avanzadas”. “La solidez de los balances de hogares y empresas, así como un sector bancario sólido, contribuyen a la estabilidad macroeconómica y a la capacidad de la economía para absorber shocks.” Sin embargo, señala que la “inestabilidad política” puede dificultar afrontar retos importantes, como “el elevado déficit fiscal, el aumento de la carga de la deuda y el incremento duradero de los costes de financiación” que darían lugar a “un debilitamiento más rápido de los principales indicadores fiscales de Francia de lo que esperamos”. Además, señala “el riesgo de una reversión duradera” de reformas estructurales, “en particular la reforma de las pensiones de 2023”. “Si la suspensión de esta reforma se extiende más allá de unos pocos años, agravará los retos fiscales del Gobierno e impactará negativamente a la tasa de crecimiento potencial de la economía.”
Opinión del equipo de análisis: A diferencia de Fitch (el pasado 12 de septiembre) y S&P (el 17 de octubre) que en ambos casos bajaron la calificación de Francia hasta A+ con perspectiva estable (desde AA-), Moody’s es la única de las tres agencias que se mantienen en el tramo de Aa3, aunque advierte de los riesgos con la rebaja de la perspectiva. Una rebaja de la calificación vendría entre otras cosas, de “una mayor evidencia de que la capacidad de las instituciones” para abordar los desafíos “se ha debilitado de manera duradera”. El nuevo gobierno de Lecornu ha comenzado el debate del presupuesto 2026. El objetivo del Gobierno es mantener el déficit en el -5,4% del PIB en 2025 (tras el -5,8% de 2024) y por debajo del -3% en 2029.



