Intermoney | En China, el fantasma del sector inmobiliario no ha terminado nunca de disiparse a pesar de los esfuerzos del politburó por parchear las grietas. La preocupación volvía a surgir debido a los problemas que atraviesa la promotora inmobiliaria estatal Vanke. Los bonos en yuanes de la compañía cayeron más del 20% en las primeras operaciones, lo que provocó la suspensión de la negociación de los cinco bonos cotizados de la compañía debido a que no convencía a los acreedores el plan de reestructuración de la deuda para evitar el default.
La realidad del mercado inmobiliario chino, que otrora fue uno de los principales impulsores del crecimiento del país, lleva cuatro años en una espiral descendente sin señales de desaceleración. El valor de los inmuebles continúa a la baja, los hogares con dificultades financieras se ven obligados a vender propiedades y los promotores inmobiliarios, que acumularon enormes deudas en proyectos especulativos, siguen próximos al colapso. Por el momento, nada de lo que ha hecho el gobierno parece que palíe los problemas.



