El Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, el paso que falta para la Unión Bancaria

Gloria Hervás (Global Head of Public Policy, Banco Santander) | Llevo prácticamente 25 años trabajando en banca, y he vivido de primera mano el debate de la integración financiera europea, incluso desde antes de los meses tan complicados que precedieron a la crisis financiera de 2008. Todavía recuerdo cómo las dudas sobre la solvencia de una parte del sector financiero arrastraba al sector en su conjunto y cómo se retroalimentaba con las dudas sobre la solvencia del país. En aquel entonces, el objetivo era evitar que el sistema bancario colapsara. España supo hacer sus deberes y es hoy un ejemplo de referencia. Hoy, el reto es distinto: construir una Europa capaz de crecer unida, competitiva y soberana en un mundo incierto. Durante este tiempo, he visto avances notables. La creación del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y del Mecanismo Único de Resolución (MUR) fue un salto institucional enorme. Europa reaccionó con rapidez y con sentido de propósito. Pero también he visto cómo, una y otra vez, los procesos políticos, las diferencias regulatorias y los intereses nacionales ralentizan la integración que todos reconocemos como necesaria. Las fusiones bancarias transfronterizas son un termómetro de ese avance. No ocurren como deberían, y eso no es casualidad. Pero no quiero verlo como un fracaso, es una tarea por completar.

Lo que hemos construido: una base sólida, pero incompleta. Europa ha cambiado radicalmente desde la crisis. Hoy contamos con una supervisión bancaria común, un único sistema de resolución y lo que se denomina un “single rule book”, normas comunes que aplican a todos los bancos por igual, da igual el país. Sin embargo, la Unión Bancaria Europea sigue incompleta. Los bancos europeos, incluso los más internacionales, siguen operando en gran medida como grupos de bancos nacionales. Y ahí radica la paradoja: tenemos una moneda única, un banco central único y un supervisor único… pero no un mercado bancario único. No es una cuestión técnica, sino política. Falta el paso decisivo: un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS) que nos ayude a desligar la situación bancaria de la situación fiscal del país. También, que dé a los ciudadanos la misma protección, estén donde estén. Y eso a su vez significa que la liquidez pueda moverse más allá de las fronteras nacionales. Y esto es clave para las fusiones transfronterizas. Completar la Unión Bancaria no es una cuestión de burocracia; es una cuestión de confianza entre países. Si tenemos la misma supervisión y tenemos las mismas reglas, la confianza debe darse. Es el momento de dar ese paso con decisión. Pero hay además otros motivos.

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