George Brown (Schroders) | Con una economía sólida y unas condiciones financieras laxas, Las bajadas de tipos corren el riesgo de avivar la inflación en lugar de apoyar el crecimiento real. Nos preocupa que la Fed esté subestimando el riesgo de una mayor inflación y que el mercado lo esté infravalorando. También creemos que los tipos no son tan restrictivos como muchos creen, dada la resistencia de la economía en los últimos años, a pesar de los altos tipos nominales. Por lo tanto, seguimos creyendo que la valoración del mercado de un tipo terminal inferior al 3% para la Fed es demasiado agresiva.
La Fed parece ahora más indecisa sobre una mayor flexibilización, pero, si el comité sigue adelante con las bajadas de tipos en 2026, nos preocupa que la inflación vuelva a repuntar y sea necesario subir los tipos para volver a una senda coherente con el objetivo de inflación.
Perspectivas de crecimiento
Los datos disponibles sugieren que la economía estadounidense sigue gozando de una base sólida. Aunque la publicación del PIB del tercer trimestre se retrasó por el cierre del Gobierno, las previsiones de la Fed de Atlanta apuntan a un crecimiento en torno al 4 %. Para el cuarto trimestre, prevemos una cierta recuperación tras la fortaleza del tercero y un modesto lastre por el cierre del Gobierno. Teniendo en cuenta todo esto, esperamos que Estados Unidos crezca un 2,1% en 2025.
El crecimiento depende en gran medida de la dinámica laboral. Consideramos que la moderación en la contratación es sintomática de la incertidumbre comercial y la preocupación por los efectos secundarios sobre el crecimiento. A medida que estos obstáculos vayan desapareciendo, la creación de empleo debería recuperarse, pero las restricciones a la inmigración podrían limitar la oferta de mano de obra y hacer subir los salarios reales. El crecimiento también debería verse respaldado por una política monetaria más acomodaticia y el impulso fiscal positivo del One Big Beautiful Bill. Por ello, prevemos que la economía estadounidense crecerá un 2,4 % tanto en 2026 como en 2027.
Expectativas de inflación
Seguimos preocupados por la posibilidad de un resurgimiento de la inflación. Hasta ahora, los aranceles han tenido un impacto limitado en los precios al consumo, pero dudamos que las empresas puedan seguir absorbiéndolos, dada su amplitud y escala. Ahora que hay claridad sobre dónde es probable que se estabilicen los aranceles, esperamos que las empresas empiecen a trasladar parte de la carga a los consumidores. Esto podría dar lugar a efectos de segunda ronda en la fijación de precios y salarios, especialmente ante las elevadas expectativas de inflación.
Nuestra previsión es que la inflación del IPC se sitúe por encima del consenso, en un 3,3% en 2026, antes de retroceder hasta el 2,3% en 2027.



