E.ON y RWE clausuran su actividad nuclear en Alemania, que consideran un negocio no esencial y heredado del pasado

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Santander Corporate & Investment |  Ambas compañías clausuraron el sábado los últimos reactores nucleares de Alemania, culminando así la decisión adoptada en 2011 por el gobierno alemán de eliminar progresivamente la energía nuclear en el país tras la catástrofe de Fukushima. En respuesta al corte del suministro de gas natural ruso, los reactores prolongaron su actividad hasta diciembre de 2022 con el fin de ayudar a cubrir la demanda de energía.

Opinión de research: Hace una década, la política conocida como Energiewende preveía una transición hacia las energías renovables (con el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en 2045) y el abandono progresivo de la energía nuclear y el carbón, utilizando el gas natural como puente intermedio. Sin embargo, los planes se vieron truncados por la invasión rusa de Ucrania y el reto de garantizar un suministro adecuado de gas natural. Paradójicamente, dado el compromiso de Alemania con la neutralidad de emisiones, la combinación de los problemas de abastecimiento de gas natural y el cierre de la energía nuclear ha dado lugar a un resurgimiento, aunque temporal, del carbón en el país.

Consideramos que el cierre de los últimos reactores sólo tendrá un pequeño efecto en los perfiles crediticios de las utilities. Tanto E.ON como RWE consideran sus actividades nucleares como negocios heredados del pasado y no esenciales. E.ON centra su estrategia en la explotación de redes, así como en la comercialización de electricidad y los servicios energéticos. RWE se está convirtiendo rápidamente en una compañía de energías renovables y eliminará progresivamente sus centrales alimentadas con carbón para 2030, aunque podría operar centrales eléctricas de gas para garantizar el suministro, siempre que el marco regulatorio sea propicio. No creemos que el fin de la energía nuclear vaya a tener un impacto negativo en el crédito de las utilities, ya que los pasivos vinculados al almacenamiento a largo plazo se han transferido al Estado y los costes del desmantelamiento están totalmente provisionados. Por ello, mantenemos nuestra recomendación Neutral para RWE y E.ON.