Estancamiento en la eurozona

Portocolom AV |  El anuncio de la reserva federal americana de mantener tipos altos durante un periodo de tiempo prolongado, dispara las rentabilidades de los principales bonos de referencia para marcar máximos de más de una década y anima al dólar que sigue revalorizándose por décima semana consecutiva.

Sin embargo, el mensaje oficial de la FED tiene algunas voces discordantes, y es que esta misma semana, el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashari, declaró que preveía una nueva subida de tipos en el corto plazo. Hizo alusión a la sorprendente resiliencia de la economía estadounidense, y a la necesidad de que la reserva federal tuviese que aumentar aún más los tipos de interés para poder reducir la inflación hasta el objetivo marcado del 2%.

La tendencia bajista continúa para los mercados de renta variable que encadenan ya dos meses de caídas a nivel global, tras los máximos alcanzados a finales de julio. Índices como el MSCI World, el americano S&P 500, o el Eurostoxx 50, pierden ya más de un 6% desde dichos máximos, y otros como el tecnológico Nasdaq, que lidera las subidas en 2023, retrocede ya un 8%. No obstante, la revalorización de la mayoría de los índices en lo que va de año sigue siendo de dos dígitos, con mención especial al citado Nasdaq, que todavía mantiene un +33% en 2023. 

En las próximas semanas, por tanto, la atención se centrará en los datos de inflación que se publicarán tanto en EE.UU. como en Europa. Las expectativas de inflación a largo plazo en ambos lugares están casi al mismo nivel, alrededor del 2,7%, pero los datos actuales no son tan alentadores. 

En cuanto a los datos preliminares de la inflación general en la eurozona, que moderó ligeramente su caída en agosto, se espera que vuelva a caer por debajo del 5%. La inflación se redujo a la mitad desde máximos en el 10,7% hasta el 5,2% actual, pero muestra un estancamiento y será difícil que vuelva al rango del 2-3% hasta 2025, y añadimos, siempre y cuando la economía no se desacelere bruscamente y provoque una reducción brusca de la inflación. 

En EE.UU., es probable que la inflación se desacelere, especialmente debido a la caída de los precios de los alimentos y de la vivienda, pero habrá que prestar mucha atención a la evolución de los precios de la energía, en un contexto en el que el precio del petróleo no ha parado de subir durante los últimos 3 meses.

Por otra parte, vuelve a planear sobre Estados Unidos el fantasma de un posible cierre de gobierno, debido sobre todo a las disputas entre demócratas y republicanos con relación al incremento del déficit fiscal en el país. En este sentido, la agencia de calificación crediticia Moody’s, ha comentado que la falta de financiación para el Gobierno federal supondría «un evento de crédito negativo» para el rating soberano de EE.UU.