Los matices del consumo americano

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Intermoney | En la jornada del martes teníamos una buena cantidad de referencias macro en la economía norteamericana que volvieron a sorprender al alza, poniendo de manifiesto la solidez que mostrará el crecimiento de la actividad en el 3tr23, pero, dejando ver en sus entresijos aspectos más concordantes con el escenario actual, sobre todo en las ventas minoristas, que nos hace no juzgar un libro por su portada ni un dato por su lectura general. En lo concerniente a las ventas minoristas de septiembre, se podía entender que la lectura general ascendiera en un +0,7% m. haciendo quedar corto el pronóstico de Bloomberg (+0,3% m.) considerando que las ventas de vehículos nuevos subieron un +4,2% en septiembre, mientras que también se producía un repunte de nuevo en los precios de la gasolina, lo que hacía que las ventas de estaciones de servicios aportaran bastante. Sin embargo, mucho más sorprendente era el dato sólido de ventas excluyendo automóviles y estaciones de servicio, que frente al 0,1% m. esperado, avanzaba en un +0,6% m. De entre las partidas principales, el gasto en restaurantes y bares, el principal indicador de servicios en el informe aumentó un sólido 0,9% influenciado por el clima más cálido. Aunque en los entresijos del dato, hay que tener en cuenta que se estaba poniendo de manifiesto que las ofertas del fin de semana del Día del Trabajo probablemente también estimularon cierto gasto online, ya que los minoristas vaciaron los inventarios de verano y los hogares se apresuraron a comprar artículos esenciales de última hora para el retorno del curso escolar y muebles y menaje para los alquileres de septiembre.

De hecho, algunas categorías discrecionales como ropa (0.8%) y electrónicos (0.8%) disminuyeron y es ahí donde encontramos realmente lo interesante del informe. Aunque en las lecturas globales el gasto del consumidor luce muy fuerte para el tercer trimestre, creemos que se debe a un aumento temporal en la actividad que no es sostenible. Las revisiones a la baja del gasto en el segundo trimestre, publicadas junto con los datos del PIB el 28 de septiembre, son un recordatorio evidente de la tendencia subyacente débil. Por eso es por lo que pensamos que el gasto en este tercer trimestre se aceleró a un ritmo insostenible, con una gran parte de esa fortaleza atribuible a factores temporales. La inflación elevada y vientos en contra adicionales, incluyendo la reanudación de los pagos de préstamos estudiantiles así como como la caída de la renta real disponible de los hogares y la menor disponibilidad de crédito, se están acumulando en octubre. También debemos mencionar que el gasto de tarjetas de crédito disminuyó un 5,5% m. lo que apunta también a cierta debilidad en el consumo excluyendo vehículos, gasolina, servicios de alimentos y materiales de construcción, algo lógico pues aquí enmarcaríamos al percentil bajo de la población en términos salariales, los primeros que se ven afectados por el endurecimiento de los tipos de interés.

Aun así, las cifras juegan la idea de que se pudiera conseguir un crecimiento del PIB en el tercer trimestre del orden del 4% como ya había avisado recientemente algún miembro del FOMC. Junto con las recientes cifras de empleo y la inflación, no es de extrañar que los rendimientos del Tesoro suban, a pesar de que existen matices que juegan en la dirección contraria. Si bien los funcionarios de la Reserva Federal pueden estar uniéndose en torno a la opinión de que tal vez no sean necesarias nuevas subidas de los tipos de interés, la perspectiva de recortes de los tipos de interés se vislumbra en un futuro lejano y la curva de rendimientos debe seguir reajustándose para ello.

Los datos de la economía norteamericana superaban los pronósticos incluso en lo referente a la actividad industrial, ya que la producción crecía en septiembre en tres décimas a pesar de las huelgas en el sector de la automoción, que hacía suponer que influirían tan a la baja que la producción fabril se estancaría en septiembre. Aunque esa sorpresa al alza se compensaba con que la producción de agosto se revisaba desde el +0,4% inicial al estancamiento. Era muy llamativo el ligero aumento de la producción en el sector de la automoción, teniendo en cuenta que el sindicato United Auto Workers (UAW) inició huelgas en fábricas propiedad de General Motors, Ford y la empresa matriz de Chrysler, Stellantis, a mediados de septiembre. Aunque sí esperábamos que la producción minera aumentase un 0,4% después de haber subido un 0,2% en agosto y es que el aumento de los precios de la energía respaldó un mayor crecimiento de la actividad minera y, sobre todo, la extracción de energía (Gas y petróleo en un +1,2% m.).

Como decimos, estos fuertes datos apoyaron las ventas masivas en los bonos americanos y volvían a poner de manifiesto la escalada del 10 años hacia el 5%. A pesar de que desde la Fed vienen insinuando varios miembros en las últimas semanas que no creen que las tasas necesiten subir más, los fuertes datos pesaron sobre la deuda y el bono del Tesoro a 10 años se situaba en un 4,83% después de aumentar 12,8 puntos básicos ayer pero los rendimientos a 2 años también subieron, aunque no tanto, aumentando en 11,1 puntos básicos hasta el 5,209%.