Informes trimestrales: sin novedad en el frente

Fernando Rodríguez | La opción de no publicar información financiera trimestral vigente desde abril de este año ha sido utilizada de manera minoritaria por las cotizadas, que han preferido mantener alto el perfil de comunicación hacia el mercado a ahorrar costes o tiempo.


El cese en abril de este año de la obligación de publicar información financiera al final de primer o el tercer trimestre –manteniéndose los informes semestral y anual- ha supuesto la homologación de la normativa española con la de los mercados de Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña vigente desde hace cuatro años.


“La reforma es muy reciente y todavía es pronto para emitir un juicio definitivo, pero mi impresión es que la mayoría de las empresas lo han publicado aunque ya podían no haberlo hecho”, estima Gregorio Arranz, miembro de la Junta Directiva de Emisores Españoles, la asociación que agrupa a casi 60 de las principales sociedades cotizadas españolas. “Es completamente normal que las empresas  se preocupen por mostrar unos buenos resultados trimestrales y ello efectivamente  puede inducir a una atención excesiva por el corto plazo, pero en la inmensa mayoría de los casos ello no ha impedido el que tuvieran una visión estratégica  y a largo plazo, lo que depende mucho más intensamente de otros factores tales como la visión del equipo directivo, la cultura de la empresa o la composición del accionariado”, argumenta Arranz, que representa en esa asociación a Inmobiliaria del Sur.


Greenergy, la renovable del Mercado Continuo que capitaliza cerca de 900 millones de euros, ni se ha planteado la posibilidad de eliminarlos. “Tenemos nueve analistas que nos siguen y una parte importante de ellos nos va a revisar automáticamente cuando remitamos el informe trimestral. Si quieres que te evalúen bien y que te valoren mejor y te tengan en el radar, es inviable no presentar un informe trimestral”, argumenta, Daniel Lozano, director de Relaciones con los Inversores y Comunicación de esta compañía.


Las escasas cotizadas que han omitido los informes intermedios al mercado lo han hecho porque no disponen de medios –incluso de un responsable de IR-, son poco líquidas o no tienen vocación de financiarse en los mercados. Alfredo Echevarría, director de Análisis de Lighthouse – IEAF Servicios de Análisis, que sigue como analista a una veintena de compañías en su mayoría pequeñas, sí ha detectado un porcentaje alto de eliminación de los informes trimestrales entre “las compañías de menos de 300 millones de euros de capitalización”.


“Las compañías muy pequeñas ya son muy pocos seguidas por los analistas, pero no por el nivel de información que proporcionan, sino porque el seguimiento no es rentable para las compañías de inversión, que no ven justificado el coste por el bajo retorno”, dice.


La coyuntura y también la nueva cultura de los mercados no favorecen el recorte de la información, sino todo lo contrario. “Lo más difícil ahora es estar en la mente del inversor”, opina Ricardo Jiménez, de la consultora IR Sigmarocket. “Con la pandemia se ha pedido información a las compañías casi al minuto e interrumpir ahora el flujo de informes sería muy negativo para el analista y para el inversor. Y, tácticamente, la comparación de resultados de este año con los del anterior, cuando el Covid19 estaba en auge, está siendo, en general, mucho mejor”, añade este experto.

Teo Millán, consejero independiente de la gestora de fondos Urquijo Gestión y fundador de la firma de M&A Socios Financieros, concluye que recortar la información no sólo no es bueno para el inversor, sino
también “para otros `stackeholder´, incluidos los propios clientes”.