Stefan Ritzka (Scope ESG )| El rápido crecimiento del número de centros de datos en Europa, conocidos por su elevado consumo de recursos, se está produciendo a menudo en zonas con recursos hídricos limitados, lo que supone un reto para la sostenibilidad, además del reto de suministrarles electricidad suficiente y fiable.
No obstante, el control regulatorio más intenso sobre el uso de la energía y el agua, especialmente en regiones que se enfrentan a estrés medioambiental, tiene como objetivo garantizar un cambio hacia modelos operativos más sostenibles, como se refleja de forma más visible en la directiva sobre eficiencia energética de la Comisión Europea.
Los nuevos centros de datos en Europa deberán demostrar una mayor integración de las consideraciones medioambientales en la planificación de proyectos y opciones de refrigeración de alta tecnología para mitigar los riesgos regulatorios y de reputación, mejorando la creación de valor a largo plazo.
El número de centros de datos en toda Europa se ha triplicado desde 2010, alcanzando aproximadamente las 2.500 instalaciones en 2024, según la consultora Cloudscene.
Esto demuestra su papel cada vez más crucial como infraestructura digital que sustenta la economía actual, pero también pone de manifiesto los importantes retos de sostenibilidad que representan debido a su elevado consumo de energía y agua.
Centros de datos europeos: el consumo de agua agrava los retos de sostenibilidad relacionados con la energía
Número de centros de datos en las principales ubicaciones

El reto energético que plantea el auge de los centros de datos está bien documentado…
El problema energético es bien conocido, de ahí la prisa de algunos propietarios de centros de datos en Estados Unidos por construir sus propias fuentes de alimentación, lo que refleja el rápido crecimiento del sector. En Europa, los centros de datos consumieron una potencia equivalente a unos 10 GW en 2024, aproximadamente la cantidad de electricidad que consume un país de tamaño medio como Austria o Bélgica en el mismo periodo.
Se espera que esta cifra aumente considerablemente hasta alcanzar unos 35 GW en 2030. SegúnMcKinsey, si la tendencia de crecimiento prevista se mantiene, el consumo anual de electricidad del sector en todo el continente superará los 150 TWh a finales de la década.
… Pero la demanda de agua se está convirtiendo en una importante preocupación medioambiental
Según el Instituto de Estudios Medioambientales y Energéticos, un centro de datos de tamaño medio puede necesitar hasta 420 millones de litros de agua al año, lo que equivale al consumo de unos mil hogares, para satisfacer sus necesidades de refrigeración, que representan entre el 20% y el 40% de su huella energética total. Se necesitan sistemas de refrigeración que consumen mucha agua para regular la temperatura interna y garantizar un rendimiento óptimo de los servidores.
Aunque la mayor parte de la energía que consumen actualmente los centros de datos procede de recursos renovables, según la Asociación Europea de Centros de Datos, estos están aumentando su consumo de agua dulce para satisfacer su demanda.
Esto plantea un problema particular en Europa, ya que el agua suele ser escasa en lugares donde abundan las fuentes de energía renovable, como España y algunas zonas de Italia. No obstante, la creciente demanda de servicios en la nube, computación periférica y conectividad de baja latencia sigue impulsando el desarrollo de centros de datos cerca de núcleos urbanos densamente poblados, donde la demanda de agua ya es elevada.
Esta demanda crea una tensión entre los objetivos de transformación económica y digital y el liderazgo medioambiental, especialmente en ciudades con riesgo de sequía como Atenas, Madrid y Milán.
Teniendo en cuenta los beneficios tecnológicos y económicos que puede aportar la presencia de centros de datos, junto con sus retos medioambientales, países como Francia (a través de la DGEC) y los Países Bajos (Omgevingswet) han introducido requisitos de información sobre el consumo de energía y agua, fomentando activamente opciones de infraestructura más sostenibles.
La expansión de la inteligencia artificial y la economía digital en general seguirá fomentando el crecimiento continuo de los centros de datos en toda Europa, lo que ofrecerá importantes oportunidades de inversión a los países con las mejores infraestructuras, pero que se ven limitados por el creciente escrutinio de la sostenibilidad del sector.



