De Moby Dick a las mascotas: fondos para invertir en nuestras pasiones

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | La inversión temática es una de las tendencias más vigorosas en el mercado de fondos. Ya hay productos para invertir en casi cualquier sector de la economía e incluso en tendencias globales/transversales como el medio ambiente, la Nube, la inteligencia artificial, las compañías que siguen los criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno empresarial)… Pero ahora surgen temáticas aún más novedosas para invertir no sólo movidos por la razón, sino también por el corazón, por nuestros gustos o nuestras pasiones.

Si somos amantes de las mascotas y tratamos a nuestros perros y gatos como miembros de la familia, ¿por qué no trasladar esa pasión a nuestro dinero? Desde hace poco es posible hacerlo con el primer fondo especializado en el floreciente negocio de las mascotas. ¿Y si nuestra pasión es el Séptimo Arte? ¿Por qué no invertir en él nuestro dinero? También es posible, desde ahora, con un fondo de capital riesgo especializado en la producción audiovisual.

Buena parte de la inversión temática, sobre todo la relacionada con la protección del medio ambiente y las energías renovables, tiene un fuerte componente emocional: si realmente estamos comprometidos con la defensa del planeta –algo que, además de pasión, es cuestión de pura supervivencia–, tenemos muchas opciones para, como inversores, poner a nuestro dinero a trabajar en ese compromiso. Durante los últimos años han proliferado los fondos centrados en este cometido, junto con otros especializados en sectores tan vitales para el futuro de la humanidad como la alimentación, la agricultura o, por supuesto, el agua, un sector que ya recomendamos en esta columna en el tórrido verano de 2021.

Pero si nuestro corazón no sólo late por el futuro del planeta, sino por algunos de sus miembros en concreto, por las mascotas que suelen habitar nuestras casas y compartir nuestras alegrías y tristezas, ya hay un fondo en el que podemos invertir, aunque no sólo movidos por la pasión, sino también por la razón: “El mercado global de los animales de compañía generó en 2016 un volumen de negocio de unos 132.000 millones de dólares. Se prevé que para 2025 esta cifra alcance los 203.000 millones”, señala Paula Mercado (directora de análisis de VDOS Stochastics) en un detallado análisis que publica el último número de la revista GESTORES. 

Es un negocio tan floreciente, sobre todo en estos tiempos de confinamientos, crisis y guerras, que se aprecia a pie de calle. No hay más que recorrer Chamberí para comprobar que las recientes estadísticas son ciertas y que en este barrio madrileño ya más perros que niños pequeños.

El furor por las mascotas mueve miles de euros en alimentos especializados, cuidados veterinarios, fármacos, accesorios… Para aprovechar ese negocio al alza, ya ha surgido el primer fondo especializado en esta auténtica megatendencia: el Allianz Pet and Animal Wellbeing lanzado hace apenas dos meses por Allianz Global Investors. Un producto que se analiza en profundidad en el citado número de GESTORES.

Si otra de nuestras pasiones es el cine y todavía nos emocionamos con ese Gregory Peck que, como el enloquecido capitán Ahab, persigue a la ballena blanca en la película de John Huston, también podemos invertir en esa aventura: acaba de presentarse un fondo de capital riesgo llamado precisamente Moby Dick Film Capital, comercializado por Creand Wealth Management (Banco Alcalá, S.A.), entidad de banca privada del Grupo Crèdit Andorrà. El fondo, que espera alcanzar un volumen de 30 millones de euros, es el único registrado en España que permite invertir en el cine. Está especializado en la financiación de películas internacionales de gran audiencia potencial, sobre todo en las procedentes de Estados Unidos. Su propósito es beneficiarse con los ingresos procedentes de las salas de cine y de las grandes plataformas de exhibición, así como de las ventas de las películas en formatos DVD, digitales o por suscripción en los distintos canales.

El fondo de mascotas y el cinematográfico son los últimos ejemplos de cómo la inversión temática se está diversificando cada vez más. No sería raro que se incorporen a la industria de la gestión colectiva nuevos temas aún por descubrir y que, por sus particularidades, ofrezcan crecientes vías de diversificación, algunas de las cuales pueden ser incluso buenos refugios frente a las crisis y sobresaltos en los mercados. Y que además no permitirán invertir tanto con la razón como con el corazón.