Discurso con un toque agresivo para empezar el curso en Jackson Hole

Paolo Zanghieri

Paolo Zanghieri (Generali Investments) | El discurso del presidente Powell en Jackson Hole no deparó muchas sorpresas y fue en general una recapitulación de los últimos datos y un recordatorio de que es demasiado pronto para declarar la victoria sobre la inflación y empezar a considerar la relajación de la política monetaria.

La inflación subyacente ha bajado desde el máximo, pero dos meses de datos positivos no bastan y, de todos modos, con un 4,3% interanual, sigue unos 2 puntos porcentuales por encima del objetivo. Powell subrayó que el objetivo sigue siendo el 2% y que la política monetaria seguirá siendo restrictiva hasta que se alcance. La inflación de los bienes de consumo y la vivienda tiende a la baja. El IPC subyacente, excluidos los servicios de vivienda, se está moviendo lateralmente sobre una base anual, pero muestra una mayor mejora del mercado si se consideran horizontes más cortos (2,7% trimestral anual). Esta medida, según Powell, se ve menos afectada por la tendencia desinflacionista mundial, pero responde significativamente al mercado laboral: de hecho, el ajuste postpandémico puede haberla hecho más sensible a la tasa de desempleo, estimó.

El reequilibrio del mercado laboral va por buen camino, como demuestran el aumento de la participación, el descenso de las ofertas de empleo y la gran reducción de la semana laboral. Con todo, el crecimiento del PIB se mantuvo por encima de la tendencia en el primer semestre del año (y las previsiones actuales apuntan a un fuerte tercer trimestre) y los indicios de un posible repunte del mercado inmobiliario podrían dar al traste con los avances en materia de inflación, lo que exigiría nuevas subidas de tipos.

Sin embargo, es casi imposible evaluar en tiempo real el grado de endurecimiento de la política y Powell volvió a subrayar que los desfases con los que repercute en la actividad y la inflación son inciertos, lo que significa que es improbable que el impacto del endurecimiento anterior se haya materializado en su totalidad. Por lo tanto, en las próximas reuniones el FOMC evaluará toda la gama de datos de que dispone y decidirá los próximos pasos.

El breve discurso (menos de 20 minutos, sin preguntas y respuestas) tuvo, si acaso, un toque ligeramente agresivo, pero no creemos que indique un riesgo mucho mayor de nuevas subidas. Los datos económicos publicados desde la reunión de julio apuntan a una fuerte actividad, pero tanto el mercado laboral como la inflación se están comportando en general como se esperaba. El toque de halcones se dirigió más bien a señalar de nuevo que los tipos tendrán que permanecer en este nivel durante más tiempo de lo que espera el mercado.

Este discurso no cambia nuestra previsión para el tipo máximo: sólo unas lecturas muy sólidas de empleo e inflación en agosto obligarán a la Fed a subir los tipos en septiembre, y para octubre/noviembre pensamos que los crecientes signos de debilitamiento de la economía impedirán cualquier subida de tipos. Aun así, retrasamos hasta finales del segundo trimestre de 2024 la fecha prevista para la primera bajada de tipos.

Tras el discurso, los mercados reflejaron la falta de sorpresa: la rentabilidad del Tesoro estadounidense a 10 años apenas varió y el S&P 500 perdió marginalmente (0,4%).