Favorecemos los activos reales frente a los financieros

Plenisfer Investments (Generali Investments) | Pensamos que los tipos de interés seguirán “más altos durante más tiempo”, a pesar de las expectativas del mercado y tras dos años de endurecimiento de los bancos centrales a nivel macroeconómico. El mercado empezó a descontar la bajada de los tipos de interés desde octubre, pero tras unos datos económicos más sólidos y con la ralentización del descenso de la inflación, estas expectativas retrocedieron gradualmente.

El escenario geopolítico subyacente sigue siendo inestable debido a los dos grandes conflictos bélicos, el ruso-ucraniano y el que enfrenta a Israel con Hamás. Esto sigue repercutiendo en el panorama inversor, con una contribución directa a la recuperación de las materias primas y del sector energético en particular.

En cuanto a la asignación de activos, creemos que debería ir orientada a favorecer los activos reales frente a los financieros. En los mercados de renta variable, persiste el problema de la excesiva concentración de los índices, tanto mundiales como estadounidenses, en unos pocos valores muy conocidos, los llamados “Siete Magníficos”. Esta concentración excesiva también podría ser un factor de volatilidad a la baja en caso de corrección del mercado. La aproximación correcta, en nuestra opinión, debería ser el enfoque diversificado que sitúe una parte de los activos reales junto a las acciones y los bonos. Así, junto a una posición más estratégica en oro y valores energéticos, creemos que centrarse en aquellas materias primas esenciales para la transición energética – caracterizadas por una oferta limitada y una demanda creciente, como el cobre o el uranio- debería seguir siendo el objetivo para los próximos meses del año. La actual fase alcista del uranio debe ser vista a largo plazo, a pesar de que ésta fue una de las materias primas que mejor se comportó en 2023, con una subida de los precios superior al 80% en parte gracias a la reapertura de nuevas centrales nucleares en varios países, principalmente en China.

En nuestra opinión, una forma eficaz de contemplar estas asignaciones es a través de los ETC que ofrecen una exposición directa a la materia prima al proporcionar protección frente a las dificultades a las que se enfrentan los productores. Pero si se tiene un horizonte temporal a medio y largo plazo, serán las acciones de los productores las que puedan ofrecer oportunidades concretas. Además de los productores de materias primas energéticas, también habrá que vigilar a los productores de oro: se mantienen los factores, como las compras de los bancos centrales, que han apoyado su crecimiento del 25% en tres años. Por otra parte, las acciones de las empresas mineras registran valoraciones en mínimos históricos, que se han visto perjudicadas en el pasado por la menor inversión en nueva capacidad de producción y el aumento de los costes de producción. Sin embargo, la subida de las materias primas permitirá a las empresas volver a una explotación minera eficiente, restableciendo los márgenes de explotación. Además, no hay que olvidar las valoraciones extremadamente comprimidas, que pueden representar una oportunidad a la luz de los sólidos balances caracterizados por niveles de gastos de capital y endeudamiento muy inferiores a los observados en anteriores ciclos positivos del oro.

De cara a los próximos meses, vemos oportunidades en los mercados emergentes frente a los desarrollados, con la excepción de China. Aquí creemos que hay que ser muy selectivos. Una elección centrada en valores de alta calidad comprados a precios razonables podría ser la combinación ganadora.

En términos de divisas, esperamos un debilitamiento secular del dólar del que podrían beneficiarse los bonos de mercados emergentes emitidos en divisas locales. Habrá que seguir con especial atención las fases electorales de países como México o Indonesia.

Las incertidumbres, macroeconómicas y sobre las maniobras monetarias, imponen cautela sobre las perspectivas de relajación de la política monetaria: esto ha afectado especialmente al mercado de renta fija, que creemos que puede seguir ofreciendo oportunidades atractivas. Creemos que lo mejor es preferir empresas con fundamentos sólidos, con grado de inversión. Vemos oportunidades en la parte a corto y medio plazo de la curva, y pensamos que hay que preferir empresas, en EE.UU. y Europa, que generen flujos de caja competitivos, como las de los sectores de la energía y las telecomunicaciones o, selectivamente, del sector financiero.