IPC: el efecto base será particularmente bajista en el mes de julio, en el que cabe esperar una desaceleración de los precios

Santiago Martínez Morando

Santiago Martínez Morando (Ibercaja) | Según el dato preliminar publicado hoy por el INE, el crecimiento del IPC se moderó dos décimas en España en el mes de junio, hasta el 3,4% interanual. La tasa subyacente se mantuvo estable en el 3,0%. La variación mensual del IPC fue similar a la media histórica, pero la de la tasa subyacente estuvo tres décimas por encima y sólo se evitó una aceleración por el efecto base. Atendiendo a los registros mensuales de 2023, el efecto base será particularmente bajista en el mes de julio, en el que cabe esperar una desaceleración de los precios, y algo menos en el mes de agosto. Sin embargo, en el último trimestre del año el efecto base pasará a ser alcista, de forma que para que no se acelere de nuevo el IPC será necesario que se sigan moderando las tensiones inflacionistas, algo que sería acorde con el menor crecimiento de los salarios (3,9% interanual en los costes laborales del primer trimestre desde el 5,0% del anterior) y el traslado en las cadenas de producción y consumo de la moderación del año pasado en los precios de la electricidad y, en menor medida, los carburantes.

El INE avanza que la desaceleración del IPC provino de la moderación de los precios de los carburantes y, en menor medida, a un aumento más modesto de los precios de alimentación, mientras que crecieron más los precios de ocio y cultura.

El máximo crecimiento del IPC en España fue el 10,8% interanual alcanzado en julio de 2022. A este le siguió una intensa corrección, muy ligada a la contención de los precios de la electricidad, hasta el 1,9% de junio de 2023. A partir de entonces la evolución de los precios ha sido algo errática, en buena parte por la volatilidad de los precios de la electricidad, los carburantes y los alimentos. La tasa subyacente ha presentado una tendencia bajista más clara, desde el 7,6% interanual de febrero de 2023 hasta el 2,9% de abril de 2024 (3,0% en mayo y junio como acabamos de ver). Los últimos reductos de inflación los encontramos en los alimentos, en particular en el aceite de oliva, y en los servicios de hostelería y restauración, que parecen afectados por un cambio en las preferencias de consumo de los hogares. Los precios llegaron a aumentar a tasas de dos dígitos en 66 de las 200 subclases del IPC, en mayo de 2024 (último mes con datos desagregados) quedaban sólo 8 rúbricas con incrementos superiores al 10% frente a 41 en las que se producían caídas interanuales de los precios.