La historia de 4 unicornios en una encrucijada

Edmond de Rothschild AM | En 2021, la valoración de conjunta del mercado de Lacework, NoName, Rubrik y Tempus AI se situaba en casi 20.000 millones de dólares. Estas cuatro empresas operaban en sectores de gran potencial: ciberseguridad, protección de datos y secuenciación genómica. Tres años después, algunas buscan la venta, mientras que otras prefieren salir a bolsa mediante OPV. Para cada una de estas empresas, el tiempo ha jugado en su contra, y sus débiles fondos de efectivo les exigen pasar a la acción.

Desde 2021, estos cuatro unicornios no rentables han tenido una única estrategia: aguantar pacientemente y esperar a que los tipos de interés bajen y la economía se recupere para ver cómo su valoración empieza a subir.
Han pasado tres años y su liquidez ha llegado a un punto de no retorno.

Para Lacework y NoName, la venta era la opción preferida, ya que los títulos cotizaban con descuentos de alrededor del 95% y el 50%, respectivamente, sobre su última ronda de valoración. Su expertise beneficiará ahora a Fortinet y Akamai.

Rubrik y Tempus optaron por las OPV, con toda probabilidad porque sus equipos directivos incluyen banqueros corporativos y pueden contar con un sólido ecosistema de patrocinadores. Softbank, por ejemplo, acordó un préstamo de emergencia para permitir a Tempus aguantar hasta su OPV. En ambos casos, la IA ocupa un lugar muy destacado en su comunicación con los inversores, incluido el cambio de nombre de Tempus en 2023, de «Tempus Labs» a «Tempus AI». Estas salidas a bolsa se produjeron con una prima del 40% para Rubrik y un descuento del 20% para Tempus AI.

¿Cuáles son las claves que han llevado a estos cuatro unicornios a correr un destino común?

En primer lugar, encarnan el impacto de la subida de los tipos de interés y la normalización gradual de las valoraciones de las tecnológicas -salvo los semiconductores y los 7 Magníficos- en la economía y los canales de financiación.

En segundo lugar, no se trata de casos aislados: muchos unicornios -en su mayoría estadounidenses- han fracasado en el doble reto de normalizar las valoraciones y avanzar con suficiente rapidez hacia la rentabilidad.
En la actualidad se plantean dilemas similares en decenas o incluso centenares de consejos de administración: ante la dificultad de obtener refinanciación de las empresas de capital riesgo, ¿deben estas empresas buscar una venta o apresurar su salida a bolsa?

Un ecosistema de financiación sólido puede ahorrar mucho tiempo, como han demostrado los ejemplos de Rubrik y Tempus. Sin embargo, estas últimas aún tienen mucho que demostrar en cuanto a su modelo de negocio.

En todos los casos, están surgiendo oportunidades para los inversores en activos cotizados: bien directamente, aprovechando las OPV favorables a los inversores -a diferencia de 2021-, bien indirectamente, ofreciendo a las empresas cotizadas la opción de adquirir tecnología o activos estratégicos a precios muy asequibles.