La muerte del forward guidance y el nacimiento de una nueva herramienta de protección de los diferenciales

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Reto Cueni (Vontobel) | El BCE ha dado un giro de 180 grados. El banco central ha sorprendido a los mercados con una subida de los tipos de interés del 0,5% y ha suprimido de golpe su propia «forward guidance». En las últimas semanas, la presidenta Lagarde había estado preparando a los mercados para una única subida de los tipos de interés del 0,25%. Asimismo, el vicepresidente De Guindos habló el mes pasado en Zúrich sugiriendo la decisión de incrementar los tipos en un cuarto de punto.

Al fin y al cabo, el BCE considera que la tendencia de la inflación es más preocupante, por lo que la decisión es completamente distinta. La segunda razón radica claramente en lo que la presidenta Lagarde dijo que era la aprobación unánime del nuevo Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI) anunciado en la última reunión. Este instrumento está concebido para que el BCE pueda evitar una posible ampliación del diferencial de los rendimientos de la deuda pública en la zona euro. Esto significa que el banco central puede ahora continuar cubriendo con su mano protectora a los países de la zona euro cuya deuda soberana presenta unos mayores yields, a pesar de mostrar una postura más dura en la normalización de su política monetaria y una subida más rápida de sus tipos de interés.  

De momento, el nuevo instrumento parece estar calmando los mercados financieros. Lagarde mencionó repetidamente durante la conferencia de prensa que el instrumento no tiene limitaciones en cuanto a su alcance. Pero es probable que las vagas condiciones que acompañan al nuevo instrumento del BCE sigan provocando nuevos interrogantes.

Lo que haga el BCE en la próxima reunión depende de muchos factores. Incluso la presidenta Lagarde ha dicho que ya ni siquiera ofrece «forward guidance», ya que todo depende de los nuevos datos económicos y de las previsiones del BCE sobre inflación y crecimiento, que se prepararán para la reunión de septiembre. Sin embargo, Lagarde considera que el BCE seguirá su rumbo hacia la normalización de la política monetaria. También esperamos que el BCE aplique al menos una única subida de tipos del 0,5% en septiembre, pero casi con la misma probabilidad. La gran pregunta sigue siendo si el gas natural procedente de Rusia fluirá en cantidades suficientes, o si la escasez frenará significativamente la economía europea.