Jakub Lichwa (TwentyFour AM/Vontobel) | Ya en mayo destacamos que la actividad de fusiones y adquisiciones (F&A) nacionales se estaba acelerando en el sector bancario europeo. En el Reino Unido, Nationwide perseguía un acuerdo con Virgin Money y Coventry Building Society pretendía adquirir The Co-operative Bank, mientras que, en España, BBVA se había puesto en contacto con Sabadell para una posible fusión (esta última se ha convertido desde entonces en una OPA hostil). Como dijimos en su momento, estas operaciones nacionales presentaban riesgos de ejecución limitados e importantes ventajas para los bonistas de las entidades adquiridas.
Ahora estamos asistiendo a la primera gran operación transfronteriza de fusiones y adquisiciones en Europa en mucho tiempo: el banco italiano UniCredit ha adquirido una participación de alrededor del 21% en el Commerzbank alemán y solicita autorización para aumentarla hasta el 29,9%. Cualquier fusión o adquisición -todavía lejana- crearía un grupo bancario con una capitalización bursátil de unos 85.000 millones de euros, todavía por detrás de bancos como HSBC (150.000 millones) y UBS (96.000 millones), pero por delante de los campeones nacionales BNP Paribas (72.000 millones) y Santander (71.000 millones). La operación también reforzaría la posición de UniCredit en Alemania y alejaría a la franquicia de su mercado nacional, lo que podría tener un impacto positivo en la calificación crediticia de UniCredit.
Este proceso de consolidación en el sector bancario europeo ha sido provocado en parte por la subida de los tipos de interés, que ha tenido un impacto dispar en las trayectorias de los distintos protagonistas. Los bancos con una mayor proporción de depósitos transaccionales baratos y adaptados a tipos más altos han sido los más beneficiados. Otras regiones en las que los préstamos suelen tener vencimientos más largos y se revalorizan mucho más despacio han registrado peores resultados. Esta dispersión ha creado un terreno fértil para la actividad de fusiones y adquisiciones, y UniCredit se ha encontrado en la pole position, ya que sus acciones casi han cuadruplicado su valor desde que el Banco Central Europeo inició su ciclo de subidas de tipos en julio de 2022.
Esta actividad de fusiones y adquisiciones es importante por varias razones, y podría crear nuevas oportunidades para los tenedores de bonos.
En primer lugar, el proceso conduce naturalmente a que los actores más fuertes adquieran a sus homólogos con márgenes más ajustados. Esto ayuda a reducir el riesgo asociado a la presencia de estos bancos que pueden tener dificultades para hacer frente a su coste de capital y, en cambio, ahora se benefician de una financiación más barata gracias a formar parte de la entidad más grande.
En segundo lugar, más específicamente relacionado con la transacción UniCredit-Commerzbank, destaca la importancia simbólica del movimiento en el contexto del esfuerzo más amplio por crear una unión bancaria más estrecha en Europa. En el entorno de menor rentabilidad y tipos más bajos que siguió a la crisis de la deuda soberana, muchos bancos europeos se retiraron de otros países y se centraron en sus mercados nacionales. UniCredit se está moviendo claramente en contra de esta tendencia y, en su lugar, está reforzando sus operaciones existentes en Alemania. Si la medida tiene éxito, podría animar a otros actores a contemplar una actividad similar y estrechar aún más los lazos bancarios transfronterizos europeos.
Por último, y quizás lo más importante para los tenedores de bonos, la actual actividad de fusiones y adquisiciones se ha sumado a los buenos resultados de los mercados de crédito en lo que va de año. De hecho, los bonos de los objetivos de adquisición mencionados – Virgin Money, Co-op Bank, Sabadell y Commerzbank – han superado claramente al mercado en general desde que se hicieron públicas las noticias de sus respectivas operaciones.
En conjunto, acogemos con satisfacción la actividad de fusiones y adquisiciones que hemos visto hasta ahora. Creemos que todas estas operaciones dejarán al sector bancario europeo en una posición más robusta y, al mismo tiempo, proporcionarán a los acreedores una rentabilidad potencialmente atractiva. De cara al futuro, no descartamos que se produzcan más operaciones y que los bonistas de los nuevos objetivos de adquisición obtengan mayores beneficios.