Plante árboles en su cartera de fondos

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | Después de este verano de trágicos incendios forestales, después de este “veroño” de días de playa, y a la vista de que el planeta está viviendo los años más cálidos de su historia reciente, poca gente puede ser aún negacionista del cambio climático. Quienes, por el contrario, piensan que hay que combatirlo desde todos los frentes, pueden hacerlo también con sus inversiones. Una vía es plantar árboles en su cartera de fondos de inversión.

El sector de los fondos se esfuerza por comercializar productos bendecidos por la etiqueta ASG (los famosos criterios ambientales, societarios y de buen gobierno), especializados en renovables o en empresas comprometidas con el medio ambiente, con bajas emisiones de CO2… Pero se puede dar un paso más allá. Si dispone de una cartera de fondos bien diversificada y, además, comprometida con el futuro del planeta, ahora tiene la posibilidad de llenarla de árboles.

“Un joven sauce, que crea 75 kg de biomasa en cinco años, captura 140 kg de CO2, la emisión de un vehículo durante 1.000 km”, señala Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics, en el análisis que publica en el último número de la revista GESTORES (editada con el mensual CONSEJEROS de octubre). Para participar en esta apuesta medioambiental, hay en el mercado un fondo especializado en todo lo que rodea a la madera, desde las superficies forestales a los productores de paneles de construcción y muebles, constructores de viviendas, fabricantes de pulpa, de envasado, de productos de higiene…

“Pictet Timber –señala Paula Mercado– es el único fondo de inversión temática con contribución neta negativa a emisiones de CO2 en toneladas por millón de facturación. Además, contribuye al ecosistema de bosques (hábitat silvestre, protección del suelo y ciclo del agua) y ofrece alta exposición, en comparación con el índice mundial, a los objetivos de sostenibilidad de Naciones Unidas”.

Este fondo, que pese a ser único aún no ha sido imitado desde que se creó en 2008, “invierte en toda la cadena de valor de la madera”, incluido lo relacionado con la construcción de inmuebles, señala esta analista, que recuerda que “los propietarios de bosques norteamericanos se clasifican como Real Estate Investment Trust (REIT).

“La esencia de este fondo es cómo emplear más madera en el mundo, con el objetivo de favorecer la economía circular”, subraya Paula Mercado. Por eso, siguiendo siempre criterios de valoración fundamental, es además un fondo muy diversificado: algunas de las compañías en las que invierte son propietarias de bosques, otras fabrican pulpa, tablones, papel, productos de higiene, o son constructoras de inmuebles intensivas en el uso de madera, etcétera. En total, un universo de 40.000 compañías globales, entre las que se seleccionan, según los momentos de mercado, entre cincuenta y setenta valores que componen la cartera del fondo.

Es destacable la apuesta del fondo por las empresas propietarias de bosques y relacionadas con la silvicultura, en un esfuerzo por ayudar a combatir la desforestación: según datos de Naciones Unidas, la agricultura industrializada y la urbanización han reducido los bosques del planeta en 129 millones de hectáreas (superficie equivalente a la de Sudáfrica) en los últimos 25 años. Por tanto, son cada vez más necesarios los esfuerzos por frenar este retroceso y, además, por hacer sostenible todo el proceso de economía circular que gira en torno a los bosques y el correcto aprovechamiento de la madera, un producto que tiene una demanda creciente desde diversos sectores (desde el inmobiliario hasta el de envasado, potenciado además por el desarrollo de las ventas online).

Paula Mercado apunta que, desde que se puso en  marcha en 2008, el fondo Pictet Timber “tiende a comportarse bien en tres de cuatro posibles escenarios de crecimiento/inflación, pero especialmente cuando ambos aumentan, al favorecer a los sectores inmobiliarios y de materiales”.

Una apuesta, por tanto, adecuada para diversificar a medio y largo plazo… pero también para contribuir ahora mismo, a cortísimo plazo, a la lucha contra la desforestación y el mal aprovecho de los inmensos recursos que salen del bosque, incluida la imprescindible captura de ese CO2 que está asfixiándonos a todos.