Una transición «verde» apoyada en tecnologías medioambientales también beneficiará a los inversores

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Pascal Dudle (Vontobel) | Las Naciones Unidas afirman que el impacto de «El Niño» y el cambio climático elevarán las temperaturas mundiales a niveles desconocidos en los próximos años. La Organización Meteorológica Mundial predice en un informe reciente que esta mezcla tendrá repercusiones de gran alcance para la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medio ambiente.

Al margen de la voluntad de los distintos gobiernos de regular los efectos, en las próximas décadas se necesitarán importantes inversiones para evitar que la temperatura aumente menos de 1,5° C por encima de los niveles preindustriales. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, las emisiones mundiales de CO2 tendrían que disminuir en torno a un 45% respecto a los niveles de 2010 para 2030 y llegar a cero neto en torno a 2050. Sin embargo, el presupuesto de carbono restante para 1,5 ºC de calentamiento se utilizaría en unos ocho años a partir de 2023 si las emisiones continúan en los niveles actuales.

Dado que la energía es responsable de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, la forma en que producimos y consumimos energía es clave para abordar el cambio climático y representa un componente significativo para reducir el impacto humano. El objetivo general es reducir las emisiones mediante la generación de electricidad, hidrógeno y calor a partir de recursos renovables, la electrificación del transporte, una mayor eficiencia en todos los procesos de producción y tecnologías que permitan una red fiable, más inteligente y más ecológica.

Los requisitos normativos para suprimir las calefacciones de combustibles fósiles acabarán obligando a los propietarios a cambiar sus sistemas por otros de bajas emisiones y, al mismo tiempo, a invertir en un mejor aislamiento. Es probable que la reciente volatilidad de los precios de la energía aumente las preferencias de compradores e inquilinos por edificios eficientes desde el punto de vista energético, independientemente de los reguladores y los programas de incentivos. Las etiquetas son una forma eficaz de mejorar la transparencia del coste total de propiedad. Esto no sólo se aplica a los edificios. La actual atención política a los programas de incentivos influye considerablemente en el comportamiento de los propietarios de activos, mientras que los aranceles comerciales por motivos geopolíticos repercuten en las cadenas de suministro: ambos son obstáculos involuntarios en el camino hacia una transición rápida. Por lo tanto, es posible que continúe la volatilidad en los precios de las acciones, ya sea debido a la tecnología o a la exposición geográfica. No obstante, la transición económica hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono se producirá en última instancia, y los proveedores de soluciones como Saint Gobain o Carrier Global pueden contribuir a acelerarla.

Vemos una transición hacia una economía basada en fuentes de energía renovables. Las empresas de energía solar y eólica parecen dispuestas a beneficiarse del endurecimiento de la normativa en la Unión Europea o de una ley estadounidense recientemente firmada cuyo objetivo es nada menos que descarbonizar el sector eléctrico estadounidense. Además, la incipiente industria de las «energías limpias», que abarca ámbitos como los vehículos eléctricos, las baterías o el hidrógeno producido de forma sostenible, abre también nuevas oportunidades para el público inversor.

Modernizar toda la infraestructura, incluida la red, es esencial para descarbonizar nuestra economía. Además de las empresas que fabrican paneles solares o turbinas eólicas, se necesitan servicios públicos como Iberdrola, uno de los mayores operadores de proyectos renovables y, por tanto, fundamental para el desarrollo del sector mundial de las energías renovables. Empresas como Quanta Services, que construyen infraestructuras energéticas y prestan los servicios de mantenimiento correspondientes, también son cruciales, ya que sólo unas líneas eléctricas bien construidas y mantenidas con regularidad, que incluyan una respuesta rápida para las reparaciones, permiten disponer de una red fiable. Otra área importante son los cables de conexión para centrales solares y eólicas, incluidas las conexiones de corriente continua de alta tensión para parques eólicos marinos y la transmisión de energía a larga distancia. Los cables de empresas como Prysmian ayudan a reducir las pérdidas de transmisión y el exceso de energía renovable generada puede transmitirse a instalaciones de almacenamiento.

Una forma holística de abordar el problema 

Los edificios comerciales y residenciales representan una gran parte del consumo mundial de energía. Las empresas que se ocupan de este problema ofrecen tecnologías y materiales para reducir la huella ambiental a lo largo del ciclo de vida de un edificio, desde el diseño y la elección de materiales y el método de construcción hasta el funcionamiento, el mantenimiento y la demolición. Se hace especial hincapié en reducir al mínimo la cantidad de energía utilizada para calefacción y refrigeración mediante medidas de eficiencia energética y la adopción de energías renovables para satisfacer las necesidades energéticas restantes. Empresas como Saint-Gobain, que fabrica productos aislantes para edificios, vidrios de capas especiales para la industria del automóvil, así como vidrios especiales para la producción de paneles solares, ofrecen perspectivas atractivas.

Vemos claramente una necesidad cada vez mayor de inversiones en estas áreas, estamos entusiasmados con las oportunidades que se nos presentan y consideramos que una transición «verde» apoyada en tecnologías medioambientales beneficiará a toda la sociedad, incluidos los inversores.