Intermoney | En Asia/Pacífico, uno de los principales atractivos en materia monetaria esta semana era la reunión del Banco de Reserva de Australia, que cumplía con lo esperado al mantener sin cambios su tipo de referencia en el 4,10%. A pesar de que el último dato del IPC de agosto se sitúa en el 5,2% a., el primer aumento desde abril, esto no era demasiado preocupante, ya que el aumento se debió en gran medida a los efectos de base y a la subida de los precios del petróleo. Desde IM ya hemos comentado que la rápida repercusión de las subidas en los costes de endeudamiento, donde se observa una trasmisión más rápida que en otras regiones, sigue ejerciendo cada vez más presión sobre la economía.
Esto es un factor que invita a pensar que el banco australiano ha llegado ya a su nivel terminal, aunque la nueva gobernadora, Michele Bullock, seguía esgrimiendo el ya agotado discurso de que más endurecimiento podría ser necesario. Es probable que el banco central siga siendo agresivo en su mensaje, no así en sus acciones, y que busque que el mercado haga el trabajo sucio. Existe la posibilidad de un aumento inesperado en la trayectoria de la inflación por el repunte del petróleo pueda también desanclar las expectativas de precios, pero por el momento no acoge muchas probabilidades este escenario.
Aunque con esta pausa, el RBA dejará abierta la posibilidad de incrementar los tipos en la reunión de noviembre, cuanto más esperen, es más probable que se acumulen pruebas de que la economía se está enfriando lo que aumentará el obstáculo para futuros incrementos. Es por eso que consideramos que el ciclo de endurecimiento de los australianos está acabado y que el próximo movimiento que efectuarían será un recorte. Los datos en los próximos meses, especialmente en el gasto del consumidor y la actividad de construcción residencial, pueden revelar hasta qué punto el endurecimiento anterior del RBA ha hecho mella en la actividad económica, y de ser estos datos incluso peor de lo esperado, no sería raro pensar que el ciclo de recortes pudiera comenzar incluso en el 1tr24.
Algo similar sucedía con sus vecinos neozelandeses en la reunión que llevaban a cabo esta misma madrugada. En ella, decidían mantener la referencia sin cambios en el 5,50% después de un ciclo de endurecimiento mucho más agresivo que el de sus vecinos. Además, la declaración de octubre del banco central da pocas razones para pensar que realmente están considerando más aumentos de tasas de interés y es que, para lo que nos tenía acostumbrados, el tono fue sólo tímidamente hawkish ante el repunte de los precios del petróleo y que desde su decisión de mantenerse, el crecimiento ha sorprendido al alza. Tan tímido fue el tono que el Comité de Política Monetaria lo que aseguraba era que las tensiones en el mercado laboral se están aliviando, junto con las restricciones de capacidad. Estos desarrollos reducen el riesgo de que los actuales precios altos del petróleo se trasladen a un problema de inflación más amplio.