El techo de la deuda: una vieja batalla en EEUU

Janer Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU


Intermoney | El comienzo de año ha servido para reafirmar la idea de que, en términos generales, las economías cuentan con mimbres sólidos para poder capear un escenario de endurecimiento en las condiciones financieras. En Europa, la política fiscal expansiva dificulta la labor de un BCE muy preocupado por que la evolución de los salarios acabe siendo otro factor que complique la tarea de llevar la inflación a su nivel objetivo. En el caso de EEUU, la situación es diferente, aunque con otros matices, pues los vientos de cola en el ámbito fiscal se han ido disipando.
Pero la política fiscal será un campo de batalla político crucial en los próximos meses, ya que el presidente estadounidense, Joe Biden intentará asegurar un aumento en el límite de la deuda y tendrá que ofrecer algo a cambio a los republicanos. En enero, EEUU alcanzó su techo de deuda al superar la barrera de los 31,4 bill. $ rebasando su límite legal del endeudamiento, es decir, la cantidad de dinero que el Gobierno está autorizando a pedir prestado para hacer frente a sus obligaciones legales. De nuevo volvemos a un viejo problema que ha supuesto un quebradero de cabeza considerando que desde 2013 hasta finales de 2022, la deuda ha crecido casi un 86%, según datos del Departamento del Tesoro.

Si echamos la vista atrás, desde 1960 el Congreso ha producido 78 medidas separadas para aumentar, ampliar o modificar el límite de la deuda, según los registros del Departamento del Tesoro. Eso es un promedio de más de una ley de techo de deuda por año durante las últimas seis décadas, partiendo de la base de que el Congreso nunca ha bajado el límite de la deuda. Por el momento. Si bien los republicanos están exigiendo profundos recortes de gastos a cambio de aumentar el límite de endeudamiento, los demócratas apuntan que la carga de la responsabilidad fiscal debe recaer sobre las corporaciones y las rentas más altas.
Por el momento, las propuestas de Biden eran las siguientes:

Cuadriplicar el impuesto sobre la recompra de acciones corporativas: después de haber impuesto un gravamen del 1% el año pasado con la Ley de Reducción de la Inflación.

Impuesto mínimo a las rentas altas: Biden instaba al Congreso a aprobar un impuesto mínimo a las rentas altas argumentando que dicho segmento paga una tasa impositiva promedio de sólo el 8%.

Propuestas de Big Tech: para fortalecer la aplicación de las normas antimonopolio y evitar que las grandes dispongan de ventajas. También instó a los legisladores a responsabilizar a las empresas de redes sociales por lo que describió como mala praxis con usuarios.

▪ Recortar el déficit: se busca reducir el déficit en 2 bill. $, con las miras puestas en su próxima propuesta de presupuesto que se publicará el próximo mes. Por el momento, los datos preliminares del primer trimestre fiscal muestran que el déficit federal se habría ampliado más de un 10% en comparación con el año anterior, reflejando tanto la disminución de los ingresos como las medidas de gasto.

Apoyo a la vivienda a veteranos de guerra de bajos ingresos.

▪ Ampliar el límite de 35% para los copagos de insulina: después de que la Ley de Reducción de la Inflación del año pasado introdujera ese límite para las personas con Medicare.

▪ Otras medidas (reforma cuerpo de políticas, subisidios para el Obamacare, etc…)

Las medidas presentadas por los demócratas tienen varios fines. Por un lado, conseguir desbloquear la oposición republicana considerando que el tiempo juega en contra y que el impacto será claro en los índices de renta variable y renta fija. Por otro lado, Biden debe de llevar a cabo propuestas creíbles y realizables justo cuando las críticas a su gestión política siguen primando. En la última encuesta llevada a cabo por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research mostraba que sólo una cuarta parte de los encuestados estaba contenta con el desempeño de la economía y su deriva.