Francia atraviesa una complicada situación política: el debate sobre los presupuestos parece atascado con la prima de riesgo en niveles de la crisis del euro

Bruselas ha metido a Francia en el procedimiento de déficit excesivo

Banca March | Francia atraviesa una complicada situación política, pues el debate sobre los presupuestos parece atascado y Michel Barnier, actual primer ministro, indicó el martes que el país atraviesa un momento muy grave, algo que remarcó ayer el portavoz del Gobierno tras el Consejo de ministros. 

El plan presupuestario para 2025, que cuenta con el visto bueno de Europa, pretende reducir el déficit fiscal en 60.000 millones de euros el próximo año (2% del PIB). Contempla recortes en el personal público y reducción de gasto por valor de 40.000 millones. En el lado de los ingresos, se impondrán impuestos excepcionales a los tramos más altos de renta –hogares unipersonales por encima de los 250.000 euros y 500.000 en pareja– junto con un aumento, también temporal, del Impuesto de Sociedades para empresas que facturan más de 1.000 millones. Asimismo, el impuesto a la electricidad, reducido en la crisis energética, volverá a los niveles habituales de 50€ por MWh.   

Actualmente el presupuesto se tramita a través de dos normas. Una presupuestaria 2025 y otra de financiación de la Seguridad Social 2025. La segunda, aprobada en el senado, se ha enviado al parlamento para una lectura conjunta el 26 de noviembre y se esperan las conclusiones el 2 de diciembre. En el caso de la primera, aún se encuentra en tramitación en el senado, que seguramente apruebe el texto, y pasaría al parlamento para una propuesta final y votación el 18 de diciembre. Ambas fechas son ventanas en las que el actual Gobierno podría usar la aprobación vía el artículo 49.3 de la constitución francesa, que le permitiría sacar adelante los presupuestos saltándose el parlamento. En este caso, la oposición solo podría impedir la implementación de la norma convocando una moción de censura en las 24 horas posteriores, algo a lo que Le Pen estaría abierta si no se aceptan las enmiendas de su formación. Asimismo, el Nuevo Frente Popular ha sido muy crítico con la norma y podría votar a favor de la moción de censura en caso de convocarse.

Todo este caos político ha elevado sustancialmente la prima de riesgo del bono francés a 10 años hasta los niveles más altos desde la crisis del euro (alcanzó lo 90 puntos básicos, aunque cerró en 86). El peor escenario nos dejaría una Francia sin capacidad de reducción presupuestaria, sin gobierno (a la espera de un sustituto propuesto por Macron pues las elecciones parlamentarias no se podrían convocar hasta después de un año de los comicios anteriores) e incumpliendo las normas fiscales comunitarias dado que se prorrogarían los presupuestos actuales. Como consecuencia, Moody´s y Fitch rebajarían el rating de la deuda soberana francesa y esto presionaría al diferencial francés, posiblemente convergiendo con el spread italiano que actualmente ronda los 120 p.b. Además, cabe señalar que la proporción de tenedores internacionales de bonos soberanos franceses alcanza el 50%, más alta que otros países como Italia (20%) o España (40%), lo que podría generar una mayor volatilidad en el corto plazo.