La Eurozona entra en contracción al inicio del tercer trimestre: el PMI compuesto baja en julio hasta los 49,9 puntos desde los 52 del mes anterior

Europa dibujo Medina

CdM | Por primera vez desde febrero de 2021, la producción de la Eurozona disminuyó en julio, ya que a la profundización de la desaceleración del sector manufacturero se sumó una nueva ralentización del sector de los servicios. También hubo señales adicionales del impacto negativo que la alta inflación estaba teniendo en la demanda, ya que la contratación general de nuevas empresas cayó a un ritmo que, excluyendo las observadas durante los cierres de COVID-19, fue el más pronunciado desde mayo de 2013.

No obstante, se produjo un ligero enfriamiento de las presiones inflacionistas durante el mes de julio, aunque las tasas de aumento tanto de los costes de los insumos como de los precios de producción fueron más rápidas que las observadas antes de sus recientes máximos.

Otra prueba de la debilidad económica también se observó en los nuevos pedidos de exportación, que cayeron al ritmo más fuerte desde hace poco más de dos años. En medio de la creciente preocupación por el futuro suministro de gas, los riesgos de una recesión en Europa y las persistentes presiones de los precios, la confianza empresarial cayó en julio a su nivel más débil desde el brote inicial de COVID-19 en la primera mitad de 2020.

El Índice de Producción Compuesto S&P Global Eurozone PMI desestacionalizado cayó por debajo de la marca de 50. Con un valor de 49,9, por debajo del 52,0 de junio, la última lectura apuntaba a la primera reducción de la actividad empresarial del sector privado desde febrero de 2021, aunque en general fue fraccionaria.

El sector manufacturero fue un importante lastre para la economía de la zona del euro durante el mes de julio, ya que los volúmenes de producción cayeron al ritmo más rápido desde mayo de 2020. La actividad de los servicios siguió aumentando en general, pero el crecimiento se ralentizó hasta su nivel más bajo desde las perturbaciones relacionadas con Omicron a principios de año. Los encuestados de ambos sectores destacaron el impacto perjudicial que la alta inflación estaba teniendo en los niveles de producción, ya que las empresas se ajustan a los menores volúmenes de pedidos. También se mencionaron como factores negativos los problemas de suministro y la creciente incertidumbre entre las bases de clientes.