Aunque la recuperación de EEUU es sólida, la reactivación del mercado laboral está aún lejos

Cartel feria del trabajo Estados Unidos

Renta 4 | Los futuros apuntan a un inicio de semana sin apenas cambios (futuros Eurostoxx +0,1% y S&P 0%) en una sesión en la que perderemos la referencia del mercado americano (cerrado por festivo, Labor Day) y tras el informe oficial de empleo de agosto que conocimos el viernes en Estados Unidos: +235.000 nuevas nóminas no agrícolas (el menor ritmo de creación de empleo en siete meses) vs +725.000e (y +1.053.000 anterior revisado al alza desde +943.000), situándose la tasa de desempleo en 5,2% (vs 5,4% anterior), mientras que el salario medio por hora trabajada se acelera hasta +4,3% interanual vs +3,9%e y +4,1% anterior. 

De la lectura de estas cifras se desprende que, aunque la recuperación de la economía norteamericana es sólida, la reactivación del mercado laboral está aún lejos de completarse (aún 5,3 mln empleos por debajo de los niveles pre-pandemia). Veremos si este dato lleva a la Fed a retrasar su calendario de “tapering”, aunque no descartamos que el mercado laboral cobre impulso en los próximos meses permitiendo mantener el calendario que baraja el mercado: anuncio oficial en torno a noviembre, inicio de reducción de compras a final de año o principios de 2022 (desde las compras actuales de 120.000 millones de dólares mensual) a un ritmo de 15.000 millones de dólares mensuales para completar dicho “tapering” en un plazo de aproximadamente ocho meses desde su inicio. La reacción de los mercados: bolsas a la baja y cierta presión al alza en TIRes (T-bond +4 pb a 1,33%) a pesar de la débil creación de empleo, lo que achacamos al repunte de los salarios. 

En el plano macro, la atención de la semana se centrará en los resultados de la encuesta ZEW de septiembre para Alemania y el conjunto de la Eurozona el martes (que como otros indicadores adelantados de ciclo seguirán moderándose en el corto plazo), la reunión del BCE el jueves y los datos de Producción Industrial del mes de julio en España/Francia/Reino Unido el viernes. Además, serán relevantes la publicación del IPC de agosto en China el jueves, y el Libro Beige de la Reserva Federal estadounidense el miércoles, ya que servirá de preparación para la próxima reunión de la FED que tendrá lugar los días 21/22 de septiembre. 

Con respecto a la reunión del BCE, actualizará sus previsiones macroeconómicas de crecimiento (previsiblemente al alza tras unos datos mejor de lo esperado en los últimos meses por una progresiva reapertura de las economías) e inflación (que podría también revisarse al alza en el corto plazo, pero con especial atención a su estimación de IPC 2023 para confirmar que mantiene la idea de que no existen presiones inflacionistas a medio plazo y por tanto puede mantener su sesgo dovish; recordamos que la anterior estimación está en +1,4%). Esperamos que mantenga su política monetaria sin cambios, tanto los tipos de interés (repo 0%, depósito -0,5%) como el QE, aunque en este sentido será interesante ver la posición de Lagarde tras las declaraciones más hawkish de los gobernadores de los bancos centrales de Austria y Holanda que siguen a un repunte de inflación en la Eurozona al +3%. Recordamos que éstos han defendido en los últimos días que el BCE debe empezar a discutir el final del PEPP (que supone compras mensuales en torno a 80.000 mln eur). Un final que no obstante ya sabemos que está cercano (marzo 2022), aunque esperamos que se compense al menos parcialmente con un incremento del APP (compras mensuales en torno a 20.000 mln eur actualmente) al ser necesario aún el mantenimiento de unas favorables condiciones de financiación teniendo en cuenta el potencial impacto de las nuevas variantes en el crecimiento económico y ante la lejanía al objetivo de inflación de medio plazo (2%) teniendo en cuenta que el actual repunte inflacionario se considera coyuntural (efectos base y cuellos de botella). 

De cara a nuestra visión de las bolsas, en positivo seguimos teniendo una recuperación económica de fondo (aunque probablemente a un ritmo inferior al inicialmente previsto) y con ella de los resultados empresariales, así como una política monetaria que empezará a normalizarse de forma muy gradual en Estados Unidos y tardará aún tiempo en hacerlo en Europa. A pesar de estos apoyos, habrá no obstante que vigilar los riesgos asociados a la pandemia por su impacto en el ritmo de actividad económica y prestar atención también al ritmo de normalización monetaria, así como a otros factores como la presión regulatoria en China o el creciente riesgo geopolítico.