El IPC de EEUU alcanzará el 4,8% a. y se mantendrá holgadamente por encima del 3% a. en el 3T21

Intermoney | Más allá de la reunión del BCE, el otro gran punto de interés de este jueves está en el dato de inflación de Estados Unidos. En principio, esperamos que éste describa el pico de sus avances y alcance tasas del 4,8% a., lo cual equivale a decir su mayor incremento desde otoño de 2008 y que se verá acompañado por el repunte del 3,5% a. del índice subyacente; una cifra no vista desde 1993.

En EEUU, los datos de precios de producción e importación, con sus respectivos avances del 6,2% a. y 10,6% a. durante el mes de abril, dan fuerza a la tesis de tasas de inflación aún mayores durante el mes de mayo, si bien debe de mirarse hacia el futuro. Parece lógico pensar que, a partir de junio, tome forma un escenario de moderación en cuanto a las estadísticas de precios en EEUU, cuando la energía pierda el “efecto escalón” frente a 2020 y los precios de los vehículos usados corrijan. 

A cambio de la menor presión de la componente energética y de otras como los citados vehículos usados, los precios de los bienes y, sobre todo, de servicios vinculados con el ocio sufrirán mayores tasas de crecimiento durante el verano (a causa de la normalización de las costumbres) y harán que el IPC estadounidense se mantenga holgadamente por encima del 3% a. en el promedio del 3T21, aunque por debajo del 4,2% a. que promediará durante el actual trimestre. No obstante, el verdadero punto de inflexión en cuanto a la moderación de la inflación en EEUU llegará en la primavera de 2022 y esto no se le escapa ni a la Fed ni al mercado. 

Luego, a menos que tengamos un dato de inflación con algún punto anómalo y no se cumpla con lo esperado, la tónica de la jornada no debería de experimentar grandes variaciones al estar ello ya descontado por el mercado. El miércoles, los treasuries realizaban el mismo movimiento que la deuda soberana europea y las compras reducían aún más la rentabilidad de los mismos, lo que llevaba a que el T-Note a 10 años cotizase por debajo de 1,50% y llegase a niveles no vistos desde el pasado mes de marzo; una circunstancia que también se daba en los títulos a 30 años que caían por debajo de 2,15%. 

Igualmente, a menos que veamos un dato de inflación discordante, la evolución de la renta variable no debería de experimentar grandes sobresaltos, si bien podrían tener más incidencia ciertas cuestiones políticas como las cuestiones fiscales que acaparan la atención del gobierno. De hecho, a nadie se le escapa que Joe Biden puede tener problemas en su intención de reformar el sistema fiscal internacional en el Congreso de EEUU, pues aprobar cambios en los tratados tributarios internacionales, con las miras puestas hacia un tipo mínimo global de al menos el 15%, requeriría del apoyo de dos tercios en el Senado. Esto último se antoja difícil teniendo en cuenta que el bando republicano reacio sigue acusando a Biden de dañar la competitividad americana, de ceder derechos impositivos a otros países y no resolver una larga batalla sobre los impuestos digitales. 

A estos problemas hay que sumarle la consabida escalada en las tensiones comerciales, aunque ayer el gobierno de EEUU rebajaba algo el tono después de retirar las órdenes ejecutivas que buscaban prohibir las redes sociales de TikTok y WeChat. La acción del gobierno americano supone un pequeño guiño, pero más allá de esto, en líneas generales, seguirá existiendo mano dura contra prácticas efectuadas por países como China, pues Washington consideraría que irían en contra de sus intereses. No obstante, en el gigante asiático, preocupan otros temas como el alza en los precios de las materias primas y el último dato de precios de producción del país para mayo ponían de relieve la realidad de un aumento de los mismos.