El plan de comunicación del BCE para la próxima semana será no hacer nada pero mantener todas las opciones abiertas, para no descontrolar al mercado

Sede del BCE en Frankfurt

Intermoney | Ante los débiles indicadores y una inflación descendente en la Eurozona, no nos extraña que haya habido un cambio en el tono de los miembros del BCE. El letón Kazaks, dijo que probablemente no es necesario reducir los costos de endeudamiento en los primeros seis meses del próximo año, intentando enfriar el rally alcista que vimos en la sesión del día anterior en la deuda pública europea donde los rendimientos caían en más de 10 p.b. Sin embargo, al contrario que el último año y medio Kazaks se mostró más flexible señalando que si la perspectiva cambia y el equilibrio de riesgos para la estabilidad de precios se modifica, «nuestras decisiones sobre tasas podrían cambiar».

Esta rebaja en el tono de hasta los miembros que han venido siendo los más duros del Comité es otra muestra más de ese cambio de postura que estuvo también representado por el cambio en la postura de Schnabel esta semana. La alemana ha sacado a relucir el que puede ser el plan para la comunicación del BCE de la próxima semana: no hacer nada pero mantener todas las opciones abiertas, para que el mercado no se descontrole al interpretar las palabras como demasiado dovish. De hecho, cantar victoria es algo que no veremos salir de nuestro banco central. La primera parte de 2024 servirá para ver donde se sitúa la inflación y cómo evoluciona el trabajo del BCE porque Schnabel advertía que se puede producir un repunte en los próximos meses en la medida que haya una reversión de algunas medidas fiscales y de algunos efectos de base muy visibles en energía y alimentos.

En la reunión de la semana que viene, el BCE no sólo tendrá en cuenta el debilitamiento del crecimiento y la caída de la inflación en la eurozona, más acusada de lo previsto y que les ha dado un respiro. También tendrá que considerar la relativa solidez del mercado laboral y el crecimiento de los salarios, aunque este argumento ya pesa menos para el ala más hawkish como empezamos a ver a medida que se pone de manifiesto el débil telón de fondo macroeconómico.