El «rally de Navidad»en las bolsas occidentales es factible; de producirse, ocurre durante las últimas cinco sesiones de diciembre y las dos primeras de enero

Mercados Bursátiles

J.J. Fdez-Figares (Link Securities ) | En una sesión de muy escaso volumen de contratación, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron al alza, con el S&P 500 marcando un nuevo máximo histórico, el sexagésimo noveno del año. Cabe recordar que ayer la bolsa londinense se mantuvo cerrada por festividad local, algo que siempre se deja sentir en la actividad de las plazas continentales -recordar que este mercado hoy también estará cerrado-. A nivel sectorial, destacó el buen comportamiento del sector tecnológico tanto en las plazas bursátiles europeas como en Wall Street, impulsado por la fortaleza mostrada por las compañías de semiconductores, mientras que el sector de las utilidades fue el que peor lo hizo durante la sesión en ambas regiones. En Wall Street, además, los valores del sector de la energía acabaron la jornada con fuertes ganancias tras el giro al alza que experimentó el precio del petróleo durante la sesión. 

La relativa fortaleza mostrada ayer por la renta variable occidental, en un momento en el que los casos de Covid-19 siguen al alza en la mayoría de los países, nos hace pensar que es factible que finalmente asistamos en estas bolsas a lo que se conoce como “el rally de Navidad”. En ese sentido, señalar que, a pesar de las muchas conjeturas que suelen oírse sobre cuándo tiene lugar el mencionado rally, en Wall Street se considera que, de producirse, ocurre durante las últimas cinco sesiones del diciembre y las dos primeras de enero. Este fenómeno de tipo estacional es difícil de explicar desde un punto de vista fundamental, aunque desde un punto de vista estadístico es incuestionable. Habrá que estar atentos para comprobar si este año también las bolsas “cumplen con la tradición”. 

Entendemos que en ello van a tener un papel importante las medidas que adopten los distintos gobiernos para combatir el fuerte repunte de casos de Covid-19, provocado por la nueva variante Ómicron. De momento, a pesar del incremento exponencial de los “positivos”, que no de los enfermos, los ingresos en los hospitales y las muertes siguen muy por debajo de anteriores olas de la pandemia, lo que está permitiendo a las autoridades “moderar” sus actuaciones. Así,ayer el Gobierno británico optó por no tomar nuevas medidas restrictivas en Inglaterra -los gobiernos locales de Gales, Irlanda del Norte y Escocia ya habían incrementado las restricciones con anterioridad-. Además, el Gobierno francés, a pesar de presentar ayer una batería de nuevas restricciones, estas pueden considerarse muy moderadas si se comparan con las que ha venido implementando el ejecutivo del presidente Macron desde que se inició la pandemia. Por su parte, el Centro de Enfermedades Infecciosas estadounidense, el CDC, anunció ayer que reduce desde 10 a 5 días el periodo de aislamiento para las personas que hayan dado positivo por Covid-19. Detrás de este comportamiento “contenido” de las distintas autoridades hay dos factores, principalmente: i) el elevado coste político que conlleva a estas alturas la imposición de fuertes restricciones, con una parte importante de la población mostrándose frontalmente en contra de estas medidas; y ii) el elevado coste económico que también generan este tipo de medidas, coste económico al que habría que sumar el que ya están teniendo las innumerables bajas laborales que están provocando los casos “positivos”, bajas que están afectando a la actividad de muchas empresas/sectores en muchos países europeos y en EEUU. 

Hoy esperamos que continúe el buen tono en las bolsas europeas cuando abran esta mañana, aunque, como ya señalamos ayer los reducidos volúmenes de actividad hacen complicado poder determinar cómo se va a comportar el mercado. A falta de referencias macroeconómicas de calado, los inversores se mantendrán muy atentos a la evolución de la pandemia en las distintas regiones y a la posibilidad de que se implementen nuevas restricciones, sobre todo en Asia, donde la variante Ómicron está ya “llegando”, aunque, por el momento, los casos son limitados. 

Por lo demás, creemos importante comentar las declaraciones realizadas por el Ministerio de Finanzas de China, en las que se aboga por potenciar las políticas fiscales con el objetivo de revitalizar el crecimiento económico del país, políticas fiscales que se coordinarán con unas políticas monetarias más laxas por parte del Banco Popular de China (PBoC). Este tipo de anuncios es lo que venían esperando desde hace tiempo muchos inversores, que temían que, de no actuar las autoridades del país, la economía de China pudiera terminar sufriendo un “aterrizaje duro”, algo que podría tener un impacto muy negativo en el crecimiento económico global. Por tanto, estas declaraciones creemos que son buenas noticias, que deberían ser bien recibidas por los inversores en los mercados de valores occidentales.