Funcas | La inversión extranjera directa (IED) ha sido un factor clave en la modernización y crecimiento de la economía española, contribuyendo a su internacionalización, competitividad y creación de empleo de calidad. España ha pasado de ser un país cerrado con escasa presencia de capital extranjero a posicionarse como un destino atractivo y prioritario para inversores internacionales. Esta trayectoria ha estado acompañada por una creciente internacionalización de las empresas españolas. Analizar la situación de la IED en el mundo, los flujos de capital de España con el resto de los países, las características y la importancia económica de estos y las perspectivas de futuro es el objetivo del último número de Papeles de Economía Española.
El monográfico, “Inversión extranjera y multinacionales en España”, señala que en 2021, el peso del capital extranjero en España representaba el 1,8% del total mundial (8% de la eurozona), y en términos de PIB suponía el 57,9%, porcentaje mayor al de Francia o Alemania. En 2022 y 2023, la IED recibida por España aumentó de forma significativa, con una media de 40.000 millones de euros por año, mientras la inversión global decaía. Hoy la IED está en un punto de inflexión por la creciente incertidumbre y complejidad. La inestabilidad de las condiciones económicas y financieras, exacerbada por conflictos como la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas, genera un entorno poco propicio para la inversión internacional.
Los atractivos de los que goza España para atraer esa inversión son la elevada dimensión del mercado y su crecimiento real y potencial, la dotación de infraestructuras y de capital humano y la estabilidad macroeconómica. La integración en la Unión Europea ha ejercido también un gran impacto favorable.
Puede consultar el informe completo aquí.