Si el shutdown en EEUU acaba antes de fin de año, su efecto negativo debería corregirse en el 1T26

Sebastian Paris Horvitz, director de análisis de LBP AM, accionista mayoritario de LFDE

Sebastian Paris Horvitz (LBP AM – LFDE) | La congelación de numerosos servicios del gobierno federal estadounidense —el famoso shutdown— ya ha alcanzado el récord histórico de 2018, establecido en 35 días de bloqueo. No se atisba un acuerdo inminente entre republicanos y demócratas para aprobar los presupuestos en el Senado y los servicios de la administración pública se mantienen paralizados. El organismo independiente del Congreso encargado de las previsiones presupuestarias ha estimado el coste del cierre en 0,3 puntos porcentuales del PIB por semana. He ahí un riesgo negativo para el crecimiento estadounidense. Sin embargo, si esta parálisis llega a su fin antes de finales de año, en teoría su efecto negativo sobre la economía en el cuarto trimestre de 2025 debería corregirse en gran medida en el primer trimestre de 2026.

El shutdown podría alterar la dinámica económica bastante favorable de los últimos meses al otro lado del Atlántico. El consumo y las inversiones masivas en inteligencia artificial (IA) siguen tirando del crecimiento estadounidense. Sin embargo, la encuesta del índice ISM manufacturero de octubre, considerada un termómetro fiable de la situación de la industria, sigue indicando una contracción de la actividad. Los componentes de producción, empleo y nuevos pedidos se contrajeron durante el mes. Habrá que esperar a la publicación del índice ISM de servicios este miércoles para tener una visión más completa del estado general de la actividad, aunque todo apunta a que sigue resistiendo.

En la zona euro, el PMI definitivo de S&P correspondiente al mes de octubre mostró un estancamiento de la actividad industrial. En concreto, la actividad sigue contrayéndose en Francia, pero menos bruscamente de lo previsto. La actividad empresarial se expande con más fuerza en España, mientras que ha dejado de contraerse en Italia. En conjunto, estas tendencias apuntan a una recuperación muy gradual del crecimiento, impulsada por políticas presupuestarias más expansivas, sobre todo en Alemania. La inflación total del conjunto de la zona euro bajó ligeramente en octubre, hasta el 2,1 %, muy cerca del objetivo del BCE. El banco central espera que la inflación caiga por debajo del 2 % en 2026 y 2027. En nuestra opinión, el banco central debería volver a bajar los tipos una vez más, aunque en esta fase la entidad haya optado claramente por la paciencia.

-En China, los indicadores industriales y de servicios se encuentran en conjunto en una situación de estancamiento o contracción. La debilidad de los servicios sigue siendo coherente con la atonía de la demanda interna. Por otra parte, el debilitamiento más acusado de la industria sugiere que el golpe de los aranceles está teniendo un impacto negativo en la actividad. De hecho, son los subíndices relativos a las exportaciones los que emiten señales de debilidad. Esta circunstancia podría animar a las autoridades a anunciar nuevas medidas de estímulo de la demanda.