Muchos inversores están “hiperventilando” por las noticias sobre la nueva ola de la pandemia y la vuelta de políticas restrictivas

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J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | Tras una complicada semana, en la que los principales bancos centrales occidentales procedieron a “enseñar sus cartas” -todos ellos han iniciado o están a punto de iniciar el proceso de retirada de estímulos, lo que no evitará que, al menos por unos años, sus políticas monetarias continúen siendo acomodaticias-, semana que además acabó con el cuádruple vencimiento de derivados sobre índices y acciones el pasado viernes, lo que siempre genera una elevada volatilidad, y en la que las bolsas europeas y estadounidenses cerraron en su mayoría a la baja, los inversores se enfrentan a una nueva semana en la que la pandemia volverá a monopolizar su atención, en este caso, muy probablemente, “para mal”.  

En ese sentido, comentar que las políticas utilizadas por la mayoría de los gobiernos para forzar la vacunación de sus ciudadanos han sido en muchos casos contraproducentes, en especial la utilización de los pasaportes Covid de forma coercitiva lo que, además de discriminar entre vacunados y no vacunados, ha generado una sensación de falsa seguridad entre los primeros que ha sido fundamental para que la nueva ola de la pandemia sea tan virulenta. El hecho de que las vacunas no sean esterilizantes provoca que los vacunados puedan seguir infectando, que es lo que está pasando en toda Europa, incluso en países que, como España, han alcanzado niveles de vacunación cercanos al 90% de la población objetivo. Así, y si bien es evidente que las vacunas no impiden la transmisión del virus, lo que si ha quedado demostrado es que tienen un efecto muy positivo de cara a reducir la presión hospitalaria y la mortandad por Covid-19. El problema ahora es que estas políticas de comunicación erróneas han generado una enorme desconfianza en la población, lo que se está dejando notar en algunos países en los que la población doblemente vacunada se muestra muy reticente a inocularse la dosis de refuerzo. En este sentido, lo mejor que podría ocurrir a estas alturas de la pandemia es que el Ómicron sea realmente más transmisible pero que genere una sintomatología más débil, algo que en los países donde es ya prevalente o está a punto de serlo parece que se está demostrando ya que, con récords de positivos, que no de enfermos, los niveles de hospitalización y las defunciones son muy inferiores a las de anteriores olas. Es por ello por lo que insistimos en que, si finalmente el Ómicron se convierte en la variante prevalente del virus, “podríamos estar más cerca del inicio del fin de la pandemia”, ya que el Covid-19 terminaría convirtiéndose en una enfermedad endémica más. 

De cara al impacto negativo de la nueva ola de la pandemia en la economía mundial, decir que esperamos que éste sea reducido y de escasa duración, lo que no impedirá que muchas compañías, especialmente del sector servicios, se vean forzadas a revisar sensiblemente a la baja sus expectativas de resultados, ya que muchas de ellas contaban con alcanzar unas buenas cifras de ventas y beneficios durante la campaña de Navidad, algo que ya no va a ser así tanto por las numerosas restricciones que están nuevamente implementando muchos gobiernos como por el hecho de que muchos ciudadanos está cambiando de planes, anulando sus reservas de cenas y viajes.  

Todo ello va a lastrar el comportamiento de las bolsas en el corto plazo, siendo factible que los inversores más cortoplacistas vuelvan a apostar por los valores catalogados como de “estar en casa” y deshaciendo posiciones en valores de corte más cíclico -el viernes en Wall Street ya asistimos algo de esto, con compañías como Zoom o Peloton subiendo con mucha fuerza mientras que el resto del mercado caía-. El hecho de que esta semana sea más corta de lo habitual, con muchas bolsas, entre ellas la española, cerradas el Día de Noche Buena, y otras abriendo sólo la mitad de la jornada, entendemos que también puede llevar a muchos inversores a adoptar una actitud prudente y a deshacer algunas posiciones de riego, al menos hasta que se pueda determinar el verdadero impacto de la nueva ola de la pandemia en la economía y, por tanto, en las expectativas de resultados de muchas compañías cotizadas. 

Por otra parte, señalar que ayer, el senador del ala moderada del partido demócrata, Manchin, anunció que no apoyará el programa de infraestructuras sociales, el conocido como Build Back Better (BBB), programa que era prioritario para el presidente Biden y para una parte relevante de su partido. Si bien la no aprobación del plan, plan que conllevaría una ingente inyección de dinero en el sistema vía políticas fiscales expansivas -en una parte importante, mediante nuevas subvenciones-, tendrá un impacto limitado en el crecimiento económico estimado de EEUU, que tendrá que ser revisado ligeramente a la baja, entendemos que para muchas cotizadas y para el mercado en su conjunto la no aprobación  del BBB son buenas noticias, ya que evitará la implantación de nuevos impuestos a empresas y particulares, así como de controles de precios en sectores como, por ejemplo, el farmacéutico. 

Para empezar la semana, esperamos que hoy las bolsas europeas abran claramente a la baja, con muchos inversores “hiperventilando” por las noticias que se vienen publicando sobre la nueva ola de la pandemia y por las políticas restrictivas que están volviendo a implementar muchas autoridades, a pesar de su escaso resultado demostrado. Creemos que en situaciones como estas hay que mantener la calma y aprovechar posibles recortes en valores de calidad para incrementar posiciones en los mismos. La realidad sigue siendo que la renta variable sigue siendo la única inversión atractiva y que puede ofrecer rentabilidades superiores a la inflación, al menos en el medio plazo.