Alcanzar el objetivo `Net Zero´ sigue siendo posible

DWS | Limitar el aumento de la temperatura a 1,5-2,0 grados centígrados no es un sueño inalcanzable, si se mantienen las tasas de crecimiento de los últimos cinco años en inversiones ligadas a la transición energética.

La UE representa poco más del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) por lo que nunca revertirá la crisis climática por sí sola. La transición hacia las cero emisiones netas requiere entre 5 y 8 billones de dólares anuales de inversiones en todo el mundo, durante las próximas décadas.

Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las temperaturas en el planeta continúan aumentando sin cesar. En Europa, Sudamérica y África se han vivido los agostos más cálidos, desde que existen registros meteorológicos, con temperaturas de la superficie terrestre apenas 1,5 grados centrígrados por debajo, en relación con la media planetaria de la era preindustrial.

A la vista de los titulares meteorológicos, políticos y económicos, uno podría llegar a ser pesimista sobre si sigue siendo realista un escenario Net Zero (cero emisiones) que limite el aumento de la temperatura global a 1,5-2,0 grados. El hecho de que la Unión Europea podría incumplir sus ambiciosos objetivos de ahorro de dióxido de carbono (CO2) para 2030, si se mantiene la actual senda de reducción, no es alentador, teniendo en cuenta los esfuerzos del Plan de Financiación Sostenible de la UE de los últimos años.

Inversiones anuales necesarias en todo el mundo para alcanzar el Net Zero

Sin embargo, la UE representa poco más del 10% de las emisiones mundiales de GEI. Europa nunca iba a poder revertir la crisis climática por sí sola, a pesar de toda su ambición. Según las conclusiones de un escenario de inversión vinculado al IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) realizado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la transición hacia las cero emisiones netas requiere entre 5 y 8 billones de dólares anuales de inversiones en todo el mundo, durante las próximas décadas. Haciendo cuentas, esto significa que hasta 2030 se necesitarán unas inversiones medias anuales de 5,37 billones de dólares. Después, en cada año entre 2031 y 2040, la cifra tendría que aumentar hasta casi 8 billones de dólares anuales. Esto contrasta con los aproximadamente 1,77 billones de dólares de inversiones mundiales en transición de 2023.

¿Significa esto que esté todo perdido? No exactamente. Las inversiones en transición energética, que incluyen las inversiones en energías renovables, las inversiones en redes eléctricas y el transporte electrificado, han aumentado significativamente en América y Asia-Pacífico (APAC) en los últimos años y son comparables, o incluso mayores, que las inversiones en la Unión Europea. En 2023, la UE invertirá aproximadamente 550.000 millones de dólares en la transición energética, frente a 400.000 millones en América y 800.000 millones en la región APAC.

Hay margen para el optimismo ante la posibilidad de que, limitar el aumento de la temperatura a los escenarios del IPCC y elevar las cantidades de inversión necesarias, no son escenarios tan poco realistas como parecen a primera vista. Si las inversiones continuaran a este ritmo cada año, implicaría que alcanzarían los 9,7 billones de dólares en 2030, lo que llevaría a una media entre 2024 y 2030 de 5,24 billones de dólares, relativamente cerca de esas necesidades de inversión según el escenario Bloomberg. Y, a partir de ahí, el gasto anual no tendría por qué aumentar e incluso podría reducirse durante la década siguiente.

Aunque la brecha absoluta actual parece enorme, el ritmo de los avances recientes hace probable que el mundo pueda satisfacer sus necesidades de inversión Net Zero.