China: el letargo del gasto minorista

Lazard | Los inversores esperan confirmar este martes que el IPC de la zona euro retrocedió ligeramente en junio. De momento, los datos preliminares en Francia, Italia y España conocidos el pasado viernes estuvieron en línea con las expectativas y encajan con la narrativa del Banco Central Europeo (BCE) de que la desinflación ha progresado lo suficiente como para justificar el primer recorte de tipos que se decretó en junio, afirma Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard. La oficina estadística alemana (Destatis) publicó los datos salariales de junio, que mostraron una brusca desaceleración de los aumentos salariales. Esto debería “tranquilizar” al BCE, ya que el crecimiento salarial alemán “infló” las cifras globales de la zona euro en el primer trimestre, comenta.

Los datos del mercado laboral estadounidense serán los que más repercusión tendrán esta semana, según Temple. Señala que el informe JOLTS probablemente mostrará un descenso de las ofertas de empleo y de las tasas de abandono, indicando que a los trabajadores no les resulta tan fácil obtener aumentos salariales significativos cambiando de empleo. También se espera que el informe sobre la situación del empleo del viernes muestre una disminución de la rigidez del mercado laboral, con un aumento de las nóminas no agrícolas de 188.000 frente a los 272.000 de mayo y que el desempleo se mantenga estable en el 4,0%, con un aumento de los ingresos medios por hora del 0,3% intermensual y del 3,9% interanual. “En los últimos 18 meses, EEUU ha generado muchos más puestos de trabajo de los que históricamente se han necesitado para igualar el crecimiento de la población, sin que ello haya supuesto una presión al alza significativa sobre los salarios. Los niveles anormalmente altos de inmigración en Estados Unidos, incluidos los trabajadores indocumentados, han sido la razón de esta desconexión”, explica. 

En la segunda semana de julio, el foco se girará hacia el IPC de EEUU, del que se espera un repunte del general del 0,1% intermensual y del 0,2% intermensual en el caso del subyacente. Temple sostiene que las dos áreas clave a vigilar son la inflación de la vivienda, que se ha mantenido por encima de los indicadores del mercado privado durante varios trimestres, y los precios de los servicios sin vivienda, que sorprendieron a la baja en mayo. “Si el IPC de junio cumple o se sitúa por debajo de las expectativas, yo esperaría un aumento de la probabilidad de recortes de tipos implícita en el mercado para las reuniones de julio y septiembre del FOMC”, dice. Los mercados atribuyen actualmente un 70% de posibilidades de una bajada de tipos en septiembre de 25 puntos básicos.

Para el estratega de Lazard, el dato más significativo hasta mediados de mes fuera de EEUU será la inflación de China. En su opinión es probable que la lectura del IPC siga siendo débil, dada la confianza de los consumidores casi en mínimos históricos y el letargo del gasto minorista en los últimos meses. Por otro lado, el  índice de precios de la producción posiblemente marcará el vigésimo primer mes de deflación, ya que los menores costes de los insumos se combinan con el exceso de oferta para hacer bajar los precios. 

“La deflación causada por el abaratamiento de los insumos puede considerarse positiva, pero si los precios bajan debido al exceso de oferta, la deflación puede volverse perniciosa. Uno de los riesgos de la deflación continuada del IPP en China es que las empresas están muy endeudadas en conjunto y podrían tener más dificultades para pagar sus deudas si los precios siguen bajando, lo que reduciría sus ingresos”, remarca Temple.