Crece la actividad empresarial en Europa

Europa_bandera

Portocolom AV | En Europa, la actividad empresarial en la zona euro creció en junio a su mayor ritmo desde 2006. El índice PMI compuesto que mide el nivel de actividad de compra de las empresas ha pasado de 57,1 puntos en mayo a 59,5 en junio.

Recordemos que una puntuación por debajo de 50 implica contracción y por encima se considera expansión de la economía. Esta mejora de la actividad empresarial posiblemente se traduzca en precios más altos para sus clientes en los próximos meses, generando un repunte en la inflación subyacente en toda la zona euro.

Una Unión Europea en la que su política fiscal es el punto débil. A raíz de la crisis del Covid, se ha llegado a acuerdos de incremento del gasto público que en otro momento hubieran sido impensables. Pero se estima que a partir de 2023 se deberían volver a activar las reglas fiscales de austeridad. Por contra, la deuda pública supera ya el 125% del PIB, casi 30 puntos más que antes de la crisis. De momento, su coste es indoloro gracias al Banco Central Europeo, que ostenta aproximadamente un tercio de toda la deuda pública, y que ha comprado el 87% de toda la deuda acumulada desde febrero de 2020. Se espera que el BCE inicie a partir de marzo de 2022 el fin de su programa de compra de Deuda Pública.

Estas medidas extraordinarias nos generan multitud de preguntas ¿Cuándo el Banco Central se retire, los inversores empezarán a considerar prestar a tipos más altos, aumentando el coste de la deuda soberana, o continuarán prestando a tipos negativos al saber que el BCE va a estar detrás siempre que haya problemas? Lo segundo es lo que ha venido pasando hasta ahora. Por otro lado, ¿que impediría a los estados acordar la cancelación de esa deuda que se deben a sí mismos? Una cancelación de toda esa deuda en manos del Banco Central ayudaría a presentar unas cuentas algo más saneadas, porque la cifra de endeudamiento sobre el PIB se reduciría. El problema que ven muchos es que una medida así podría poner en cuestión el sistema de derecho europeo asustando a los inversores que temerían ser los siguientes en ver sus deudas canceladas. Evidenciaría algo que ya muchos saben, y es que los estados están imprimiendo moneda para financiar el gasto público y van a seguir haciéndolo mientras puedan. ¿Hasta cuándo podremos seguir así? Hasta que la credibilidad y la inflación nos lo permitan.