EEUU: Cada vez más indicios de desaceleración

Edmond de Rothschild | En Estados Unidos aparecen cada vez más indicios de desaceleración económica. Las ventas retail cayeron inesperadamente, especialmente los datos más precisos del «grupo de control», y el índice de confianza NFIB de las pequeñas empresas también descendió. Los consumidores estadounidenses parecen estar perdiendo fuelle, aunque el mercado laboral se mantenga por el momento. Pero las cifras de inflación fueron menos convincentes: la inflación subyacente subió un +0,4% en febrero, de nuevo impulsada por los servicios, y la inflación de los precios de producción también subió.

La tendencia a la desinflación sigue intacta, pero es probable que estos hechos ralenticen el ritmo de los recortes de tipos. Las yields de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años subieron 15 puntos básicos durante la semana, mientras que los mercados de renta variable se estabilizaron en torno a sus máximos recientes.

Seguimos creyendo que la desinflación continuará debido a la normalización del mercado inmobiliario, la relajación del mercado laboral y la reducción del apoyo presupuestario.

En Europa, el BCE publicó detalles muy técnicos sobre su revisión de la política monetaria. Vemos que la diferencia de las yields de sus distintos tipos de referencia empezó a reducirse a partir del 18 de septiembre y que se produjo un ajuste gradual de las reservas de los bancos comerciales. En la práctica, el BCE quiere seguir reduciendo su balance y ejercer un mayor control sobre el dinero en circulación.

En Japón, las primeras rondas de debates sobre los salarios se saldaron con subidas de más del +5% en un año, es decir, más del doble de la media de los últimos 30 años. Este aumento debería permitir al Banco de Japón poner fin a su política de tipos de interés negativos, una medida que lo sitúa en desacuerdo con las tendencias de los bancos centrales de otros países. Las perspectivas son buenas para el yen, pero han pesado en el mercado bursátil.

En China, la reciente subida del 0,7% del IPC fomentó la esperanza de que la deflación estaba llegando a su fin, aunque el aumento se debió en parte a un repunte del gasto de los consumidores durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar.

Seguimos invertidos en activos de riesgo, especialmente en renta variable estadounidense y europea, pero infraponderamos el dólar. Seguimos prefiriendo la renta fija por sus yields. Creemos que nuestra sobreponderación en duración, principalmente en Europa, es acertada tras las revisiones a la baja del BCE de su escenario de crecimiento/inflación.