El rebote desde unas bajas valoraciones, una oportunidad única para la renta variable europea

Donny Kranson, Gestor de Vontobel | La preocupación de los inversores por la recesión, el aumento de los costes de la energía, el incremento de la inflación, el prolongado bloqueo de China y el conflicto en Ucrania se atenuó en el primer trimestre de 2023, hasta que en marzo asomó la amenaza de una crisis bancaria. No obstante, la mejora del sentimiento inversor contribuyó a las subidas de la renta variable europea desde unos niveles relativamente bajos. 

El rebote desde unas valoraciones muy bajas es una oportunidad única para la renta variable europea. La rentabilidad de este activo a largo plazo está ligada al crecimiento de los beneficios, y en Europa éste sigue siendo estructuralmente bajo. Sin embargo, para el inversor selectivo hay suficientes empresas europeas de alta calidad que pueden crecer a pesar de un contexto de lenta expansión.  

La rapidez con que los reguladores respondieron a la crisis bancaria contribuyó a calmar los mercados, y actualmente, el sector en Europa es mucho más sólido de lo que era antes de la crisis financiera mundial. Los tipos bajos y negativos iban a suponer un reto cuando se invirtieran. El mercado celebró la subida de tipos, pero se pasaron por alto los problemas relacionados con los préstamos morosos y la exposición a tipos sin cobertura. Aunque no podamos saber dónde están todos los problemas, prevemos que aparezcan otros, ya que la mala asignación de capital estaba extendida más allá de los bancos actualmente afectados. La financiación de los bancos también será más difícil debido a la decisión del regulador suizo de no proteger a los titulares de instrumentos de deuda AT1 (bonos convertibles contingentes). 

Los inversores deben buscar empresas con niveles de deuda sostenibles que generen efectivo y puedan autofinanciar el crecimiento. Aquellas que no son rentables y que no demuestren su eficacia deberían sufrir un ajuste, al igual que el mercado inmobiliario, dada la subida de los tipos de interés. Los proyectos ecológicos deberían seguir atrayendo capital gracias, en parte, a los fondos públicos disponibles. 

Seguimos siendo prudentes con las corporaciones que operan en los sectores de la energía, los materiales y los bancos, que en general no consideramos de alta calidad. Sin embargo, actuamos ante las oportunidades, como la adquisición de Credit Suisse por UBS, que le permitió hacerse con su rival a un precio atractivo, incluso con pérdidas asumidas. Aunque podría haber sorpresas en el futuro, esperamos que el resultado refuerce el negocio de gestión de patrimonios de UBS

Estamos sobreponderados en el sector industrial, pero evitamos las empresas intensivas en capital y altamente cíclicas. En su lugar, nos centramos en aquellas que se caracterizan por un crecimiento estructural y escasa correlación con el entorno macroeconómico, como RELX y Wolters Kluwer, expuestas a la gestión y el análisis de datos, o Vinci y Rentokil, que ofrecen servicios necesarios en cualquier entorno económico. 

En muchos países, la inflación parece haber tocado techo. La crisis bancaria y el supuesto endurecimiento del crédito pueden cambiar la tasa máxima y la trayectoria, pero esperamos que los tipos sigan subiendo. Aunque la inflación elevada es relativamente poco frecuente en Europa, otras regiones la han experimentado en los últimos tiempos. La mayoría de las multinacionales, sobre todo en el sector del consumo, tienen la experiencia y las herramientas necesarias para reaccionar. 

Algunos costes empresariales, como la energía y el transporte, están empezando a reducirse, lo que será de gran ayuda para las compañías. Es poco probable que las reducciones ayuden a los beneficios en 2023, ya que la mayoría están cubiertas. En cambio, esperamos que los beneficios comiencen a notarse en los beneficios de 2024. 

Creemos que las cotizadas que ofrecen productos y servicios únicos pero necesarios, y que poseen la capacidad de subir los precios en consonancia con la inflación, seguirán obteniendo buenos resultados en un entorno económico difícil. Las que venden artículos de lujo y atienden a personas adineradas también deberían estar protegidas, como en las últimas recesiones. Esperamos que las compañías sanitarias que ofrecen tratamientos y servicios no ligados a la economía se comporten con relativa solidez, así como las que operan con grandes plazos de entrega, por ejemplo, en el ámbito tecnológico, que también deberían estar algo aisladas de este entorno.