Sabadell | Ursula von der Leyen (Presidenta de la CE) anunció esta semana una propuesta para el sector del automóvil (hoy se presentarán detalle concretos) que implica retrasar tres años la normativa de emisiones de CO2 que hubiese implicado la obligatoriedad de rebajar las emisiones de la flota de vehículos vendidos en Europa a 93,6 gCO2/Km. Adicionalmente siguen manteniendo su objetivo de 2030 de reducir las emisiones un 55% y de alcanzar un 100% en 2035.
Valoración: Noticia positiva ya que en la práctica supone eliminar una carga directa a los fabricantes a la vez que retrasa las inversiones en modelos que a día de hoy no tienen espacio comercial. Este cambio en la regulación, formaría parte de un paquete de medidas (como los aranceles a los fabricantes chinos) para evitar la pérdida de cuota de los fabricantes europeos en los modelos más baratos sin que suponga una ayuda pública a los mismos.
Con todo, seguimos pensando que el objetivo último de los Estados (y de la CE en la investigación abierta a los fabricantes chinos) está en generar medidas que les permitan a los fabricantes europeos ganar tiempo para reducir el gap tecnológico y aumentar la eficiencia en la fabricación de baterías (elementos clave para la supervivencia a largo plazo) mientras continúan rentabilizando la inversión en modelos de combustión interna (verdaderos generadores de caja del sector en la actualidad). De las compañías cotizadas la más beneficiada sería Volkswagen.